TRANSMISIÓN EN VIVO
CódigoBAIRES, de lunes a viernes de 8 a 12 Conduce Maxi Pérez

Nuestro sistema educativo ha fracasado

Nuestro sistema educativo ha fracasado

Cuando el sentido común dominante niega paradigmas históricos es cuando decimos que nuestro sistema educativo ha fracasado. El aparato ideológico de Estado (escuela) ha sido reemplazado con éxito por el aparato ideológico de Mercado (medios y redes) y no sabemos qué hacer con ello.

La demostración es la falacia transformada en axioma “que Cristina demuestre su inocencia”, luego de que fracasara su intento de asesinato. La multiplicación de esta frase en la sociedad, luego de ser lanzada por la mayoría de los medios, es el punto culminante de este proceso ideológico.

Hay corrientes sociológicas, un tanto idealistas, que sostienen que lo que se escribe o se dice públicamente puede pensarse, puede expresarse, presentarse al pueblo. Es decir: están dadas las condiciones de recepción. Pero la historia nos demuestra que estas condiciones de recepción se construyen desde el poder, no brotan de la naturaleza humana.

Así es que se ha construido desde el poder la sentencia de que es el acusado quien debe demostrar su inocencia y no el acusador quien debe demostrar su culpabilidad, como lo dice nuestro orden jurídico liberal, tan liberal como nuestros sistemas educativo, político, económico, cultural y social

Ocurre que la transformación ideológica ha sido sustancial desde hace algunos años. La clase dominante ya no es liberal (si alguna vez lo fue), orientando nuestro sentido común hacia la libre competencia con el otro. Desde hace años, la clase dominante se ha transformado en neofascista, porque reorienta nuestro sentido común hacia el aislamiento o la eliminación del otro, hacia la expulsión de lo distinto.

Podríamos decir que la democracia es, por definición expropiatoria. Su pretensión es convertir los privilegios de unos pocos en derechos de todos. Por ejemplo, el sufragio universal. El derecho a elegir y ser elegidos era en su origen sólo para los hombres ricos. Hoy, ese derecho es para todas y para todos. Pero la representación política que de ella emerge es, por definición, laxa: puede ser democrática, pero también puede ser oligárquica. Y por esta última posibilidad es que la clase dominante invierte millones de dólares en todo el mundo para conservar su hegemonía.

Así las cosas, no tiene la menor importancia el discurso republicano que proyecta la clase dominante a través de medios y redes, porque ese discurso republicano es utilizado como fundamento de la estigmatización de todo aquello que se oponga a la materialización de sus intereses o la retrase un poco. Y esa estigmatización siempre puede alentar la aparición de “loquitos sueltos” dispuestos al exterminio.

Dominantes y dominados, “loquitos sueltos”, todas y todos, hemos recibido las enseñanzas de nuestro sistema educativo. Pero las bondades de estas enseñanzas no constituyen la regla de sus discípulos, sino la excepción.

Supongo que se entenderá que estoy planteando un problema sistémico y que no apunto a personas (maestras y maestros).

 

Carlos Sortino es Militante de la Agrupación Municipal Compromiso y Participación (COMPA), de La Plata, en el Frente de Todos.

TÓPICOS RELACIONADOS
#Educación#escuelas
Comentarios
Más de Opinión y análisis