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1º de Mayo: Para plantar a la izquierda en la Plaza y el país

Antes del Acto en Plaza de Mayo del MST y el Frente de Izquierda Unidad, Alejandro Bodart el MST-FIT Unidad, analiza la situación económica y el escenario para los trabajadores

1º de Mayo: Para plantar a la izquierda en la Plaza y el país

La crisis económica, política y social que cruza al país, cuyo telón de fondo es el pacto con el FMI, demuestra el colapso de este modelo capitalista. Inflación, desempleo, 17 millones de pobres y medidas menos que insuficientes ante las demandas sociales desmienten a Cristina Kirchner, quien al abrir las sesiones de la EuroLat dijo que “el capitalismo es el sistema más eficiente”. No, realidad mata relato.

En este escenario, un Javier Milei con manija mediática tracciona toda la agenda política a la derecha e invoca recetas ya fracasadas del pasado. Quiere más ajuste neoliberal, más privatismo y menos derechos democráticos: volver a Cavallo y Menem. Un camino similar sigue Juntos por el Cambio e incluso -bajo otro discurso- el gobierno nacional, que con su ADN de tibieza termina capitulando a esas presiones. Mientras, Cristina Kirchner se reúne con el embajador yanqui y representantes del Comando Sur, mostrando así que todas las alas del Frente de Todos no proponen una salida para el país, porque en el fondo coinciden con el macrismo. Por eso, junto a la miseria y la decadencia, también crecen la polarización y la derecha liberal. Así las cosas, la pregunta lógica es qué salida hay. Y soy categórico: la única salida positiva a semejante crisis es por izquierda.

Sólo desde el Frente de Izquierda Unidad tenemos propuestas alternativas para salir de esta crisis y que los platos rotos los paguen los ricos, no el pueblo trabajador. Lo primero es dejar de pagarle al FMI y destinar esos miles de millones de dólares a las urgencias sociales y a reactivar la economía nacional para generar empleo y recuperar soberanía. Un impuesto permanente y creciente a las grandes fortunas, hechas a costa de explotación y precarización laboral, evasión fiscal y fugas. A los bancos, cuya rentabilidad es del 6% en Europa pero del 44% en nuestro país. A las agroexportadoras y formadoras de precios, que lucran con los alimentos. A los oligarcas del campo, que triplicaron sus ganancias pero lloran ante el menor amague impositivo…

Si algo no va más, es el capitalismo

¿Cómo que no podríamos obtener recursos suficientes y destinarlos, por ejemplo, a un aumento general de salarios, jubilaciones y planes de asistencia social, para de ese modo priorizar el bolsillo popular y alimentar bien a toda la niñez de este país, donde siete de cada diez pibes comen mal? ¿Cómo que no podríamos poner en marcha un verdadero plan de obras públicas y construcción de viviendas populares, que además cada una genera cinco puestos de trabajo genuino? ¿Cómo que no podríamos tener una justicia independiente del poder político y sin privilegios, si reemplazamos el Consejo de la Magistratura por el voto popular y los juicios por jurados? Pero el avance de la derecha no lo frenan el macrismo ni el peronismo, que le abren la puerta: sólo la izquierda tenemos la voluntad política de ir por cambios estructurales.

Desde ya, un plan alternativo debe incluir otras medidas. Nacionalizar la banca y el comercio exterior para evitar toda fuga de capitales y controlar el crédito. Poner fin al extractivismo que nos saquea y contamina. Reconvertir el modelo energético hidrocarburífero y la matriz productiva en favor de las mayorías y del respeto a la naturaleza.

Quienes pregonan que “no se puede” son la misma casta política que nos trajo hasta acá. Al servicio de los poderosos, acatan las reglas de juego de este capitalismo dependiente. No, de una vez por todas hay que patear el tablero. A los obreros de Chicago, allá por 1886, también los querían convencer de que las 8 horas eran una utopía. Fueron mártires, pero la historia demostró que tenían razón.

Si hoy hay algo utópico, es creer que el sistema capitalista puede resolver los problemas de los trabajadores y los sectores medios y populares. Basta de tener que elegir entre la sartén y el fuego, ni aquí ni en el resto del mundo. Entre Putin y la OTAN, defendemos al pueblo de Ucrania. Entre los dinosaurios liberfachos y los Todos-Juntos, unos y otros defensores del FMI y las multinacionales, postulamos una salida opuesta y superadora: un gobierno de los trabajadores, que abra el rumbo al socialismo con democracia. Estamos dispuestos a ello. Te invito entonces a compartir con el MST y el Frente de Izquierda Unidad el gran acto que haremos este domingo 1º de Mayo, en la Plaza de Mayo y en todas las plazas del país.

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