Dejó ciega a una mujer, golpeó a otras dos, rompió la tobillera y esta prófugo

Este jueves 1º de febrero, se conoció la noticia de que Carlos Ariel Goncharuk, rompió su tobillera electrónica y por el momento, su paradero es desconocido. En el año 2011 y tras dejar ciega por una brutal golpiza a Susana Gómez, quien por ese entonces era su pareja, fue condenado a 8 años de prisión. Al año de salir de prisión, acuchilló a otra ex pareja, volvió a ser condenado, y se le aplicaron tres anillos de 100 km, debido a la denuncia de tres mujeres distintas.

En aquella ocasión y tras realizar 13 denuncias distintas por la violencia que Goncharuk ejercía, Susana Gómez fue asistida por Casa María Pueblo, una organización sin fines de lucro que aborda la problemática violencia de género de manera integral y gratuita, quienes le proporcionaron representación civil y penal de manera totalmente gratuita. Código Baires se comunicó con Darío Witt, abogado criminalista y fundador de la organización, para conocer más detalles al respecto. 

“En el 2011 logramos una sentencia inédita para la época, pero no se pudo incluir el agravante de violencia de género, ya que la justicia no actúa de manera retroactiva. Le hicimos cumplir 8 años y cuando salió hicimos notar que no cumplió la segunda parte de la condena, que eran los cursos y capacitaciones por violencia de género”, explicó.

Tal como habían manifestado desde la organización, al año de salir de prisión Goncharuk volvió a cometer delitos por violencia de género, por lo que fue juzgado y encarcelado nuevamente. “Hoy nos informaron que rompió la tobillera electrónica y no lo pueden encontrar. Esto genera una situación de altísima tensión, porque de todas las mujeres que lo denunciaron, Susana está ciega, la dejó ciega de por vida. No tiene manera de defenderse”, detalló Darío

“Nosotros desde Casa María Pueblo magia no podemos hacer. Estamos interviniendo con el Juez de manera gratuita en representación de Susana, exigimos que lo encuentren y que lo detengan de manera inmediata. Las medidas de restricción las incumplió siempre y es un hombre reincidente en delitos de violencia de género. Es un peligro”, agregó.

Darío también detalló que todos los informes psicológicos del sistema penitenciario coincidieron en que Goncharuk son “catastróficos” y que lo catalogan como alguien con “personalidad de psicópata y capaz de volver a cometer los mismos delitos”. 

En ese sentido, Darío también exigió protección para Susana, quien a pesar de los horrores que vivió, siempre intentó continuar con su vida y con la crianza de sus 4 hijos. “Cuando llegó a la organización, conseguimos una fundación que se ofreció para operarla, pero lamentablemente las lesiones que le había producido habían cicatrizado internamente y no pudo recuperar nunca más la vista”. 

Es por ello, que la misma Susana responsabiliza al Servicio Penitenciario y a la Justicia Penal por todos los malos que ha causado esta violenta persona. Durante el juicio, Susana fue tajante al manifestar que “es por culpa de la justicia que estoy ciega” y sin titubear, también declaró: “Tenemos una justicia asesina de mujeres”. En la propia sentencia, la jueza Carmen Palacios Arias, reconoció la “inacción, desidia y negligencia”, por parte del accionar judicial. 

El papel de Casa María Pueblo 

La organización que no cuenta con apoyo de ningún organismo estatal, está próxima a cumplir 27 años y cuenta con representación legal gratuita, hoy algo casi imposible de conseguir. “En todo este tiempo debemos haber atendido 36.000 mujeres y niñas, lo que parece un número importante, pero hay que calcular que hay 150 mil denuncias por año”, reveló Darío.

Cabe destacar, que el Banco Nación tiene un programa que se llama “Programa de beneficios”, que por el hecho de tener tarjeta, los usuarios suman puntos sólo por el hecho de usar la tarjeta. “Esos puntos, que no son plata, se pueden canjear por pequeñas donaciones ya que el Banco nos seleccionó junto a otra organización y nos cambia los puntos por dinero. Esas pequeñas donaciones nos ayudan mucho”, concluyó Darío.