Juntos no acompañó a Kicillof hasta el recinto
La UCR y el PRO mostraron su disconformidad con una medida tomada por el gobierno provincial de cara a la apertura de sesiones, y decidieron permanecer sentados en sus bancas.
La grieta y las que, a esta altura, parecen insalvables diferencias entre la oposición y el oficialismo, no cesan ni en las ceremonias democràticas en las que se deben cumplir ciertos protocolos, indistintamente del color político al que se pertenezca.
En el marco de la apertura de las sesiones ordinarias en la Legislatura Bonaerense, la comitiva de la UCR y el PRO, designada por la Asamblea Legislativa para recibir al gobernador en las escaleras de la misma y acompañarlo hasta el recinto para que brinde su discurso, decidió quedarse sentada en su banca.
Los motivos yacen en la previa decisión del gobierno provincial de no otorgarles palcos a los invitados al recinto de la oposición. Y frente a esto, la muestra de repudio por parte de estos fue la de no acompañar al gobernador en su llegada a Gobernación, a pesar de que así lo indique el protocolo.
Esa comisión se conforma con los presidentes de los bloques y las autoridades de la Legislatura. Ese privilegio le fue conferido a los oficialistas César Valicenti, Rubén Eslaiman, Ayelén Durán y María Reigada, junto a los opositores Maximiliano Abad, Adrián Urreli y Alejandro Rabinovich.
De esta manera, el gobernador Axel Kicillof ingresó entonces al recinto acompañado por su esposa y escoltado por una comitiva totalmente oficialista.
Los diputados responsables de este desplante comentan que el enojo proviene de que, desde el gobierno, se les había prometido palcos para sus invitados que, cuando llegaron, ya estaban ocupados.
Entre los invitados por el PRO y la UCR se encontraban el vicejefe de gobierno porteño y posible pre candidato a gobernador bonaerense Diego Santilli, y el diputado nacional y neurocientífico Facundo Manes, respectivamente, quienes tuvieron que escuchar el discurso del gobernador desde las oficinas del palco.
Por su parte, desde el Poder Ejecutivo explicaron que había lugares asignados en primera fila para los diputados nacionales de la oposición. Y que, a pesar de que se los invitó a ocuparlos, hubo una negativa.
La decisión del gobierno de no darle palcos a la oposición refleja una jugada de prevención debido a que se esperaba que, como ocurrió finalmente con los diputados y senadores opositores, los invitados no se limiten a permanecer en calidad de espectadores, si no que acompañen la euforia de las críticas de sus mandatarios.