Se pone en marcha el operativo reelección de los intendentes bonaerenses

Cuando en 2016, sin el voto del kirchnerismo, la legislatura de la provincia de Buenos Aires convertía en ley el límite a la reelección de los intendentes y establecía un máximo de dos períodos para todos los cargos electivos el análisis necesariamente se trasladó al 2023, cuando finalizaban los mandatos de la mayoría de los jefes comunales del oficialismo y la oposición que iban a disputar su primera renovación en 2019.

Ese tiempo llegó, y tal como se había anticipado, el límite entra nuevamente en debate y hay una búsqueda silenciosa de generar nuevas mayorías para garantizar para forzar una interpretación de la norma que permita ir por un período mas, o como reclaman desde el peronismo K, directamente derogar la ley.

Pero no solo el peronismo quiere garantizar un cambio, tempranamente los alcaldes del PRO y el radicalismo intentaron forzar una interpretación de la ley, según la cual el período vigente debería contar como el primero de los dos a los que puede acceder un funcionario, atento que es el único que se completaría desde la entrada en vigencia del límite a las reelecciones.

Sin embargo esa posibilidad esta saldada en el mismo texto aprobado en la Legislatura, que establece que “el período actual de los Intendentes, Concejales, Consejeros Escolares, Diputados y Senadores a la entrada en vigencia de la presente ley, será considerado como primer período”, de los dos posibles, es decir que para aplicar la normativa como pretendían desde el macrismo significaba desconocer elementos taxativos incluidos de forma deliberada por los autores del proyecto.

Las elecciones del 14 de noviembre tuvieron las primeras víctimas del límite a las reelecciones indefinidas, pero se trato apenas de un puñado de legisladores, por lo que a discusión seguía enfocada en 2023, cuando 95 de los 135 intendentes no podrían presentarse nuevamente para gobernar sus distritos, lo que además alcanza tanto al oficialismo como a la oposición.

La regla de los 2 años

Una fisura apareció en la reglamentación de la ley, ya que el Decreto establece que la prohibición "abarca a quienes habiendo sido reelectos en el mismo cargo para un segundo mandato consecutivo, hayan asumido sus funciones y ejercido por más de dos (2) años, continuos o alternados”.

Es decir que aquellos alcaldes y legisladores que renuncien a sus cargos y/o bancas antes de terminar los dos años del segundo mandato, podría presentarse nuevamente en 2023, un mecanismo que ya está en marcha del lado del oficialismo, con el jefe de Gabinete Martín Insaurralde a la cabeza y la llegada de un nutrido grupo de intendentes a la provincia, entre los que se destaca Leo Nardini, de Malvinas Argentinas.

Claro que no son suficientes los cargos en el gabinete como para contener a todos los jefes comunales que transitan el segundo período, y una renuncia masiva es una jugada arriesgada, sobre todo después de la derrota en las urnas del oficialismo, aunque en rigor de verdad fue una posibilidad que se barajó en la mesa del Frente de Todos, antes de que la crisis evidenciara números adversos en la elección de medio término.

La interna de Juntos también tiene a la reelección de los intendentes en la mira

Claramente son las intendencias las que preocupan y no las bancas legislativas, y el límite impacta además en las disputas internas de cada uno de los frentes electorales, y enciende luces de alerta en el PRO, que fue derrotado por el radicalismo en casi todos los distritos del interior de la provincia, por lo que la supremacía del macrismo duro podría entrar en crisis en 2023.

Algunos alcaldes del PRO como Pablo Petrecca de Junín, Mariano Barroso  de Nueve de Julio y Ezequiel Galli de Olavarría, solo por mencionar algunos, podrían no estar en condiciones de garantizar un triunfo interno y la UCR se prepara para hacerse fuerte en 2023, ya que si repite los resultados de este año pondrá a la mayoría de los candidatos de Juntos en el interior bonaerense.

Vale decir que el PRO necesita de la reelección en varios de los distritos que gobierna, pero no así el radicalismo, que ratificó en las urnas su poderío electoral y recuperó el protagonismo recostado en la figura de Facundo Manes, lo cual no quiere decir que los intendentes de la UCR no quieran ir por un nuevo período, pero para el partido no es ni una urgencia, ni una necesidad estratégica, es mas, pareciera que el límite terminaría beneficiando a los boinas blancas.

El Presidente habilitó la discusión

En una reunión con intendentes bonaerenses en la que participó también el gobernador Axel Kicillof, el presidente Alberto Fernández hizo el primer guiño a favor de una modificación del límite, aunque el objetivo es generar consenso político para evitar que los costos los pague solo el oficialismo y ratificó lo que ya había adelantado en 2020 cuando avaló la búsqueda de alternativas.

El principal problema para el Frente de Todos es que el proyecto original lleva la firma de legisladores que responden a Sergio Massa, que difícilmente pueda sostener un cambio de postura tan radical, por lo que el desafío es articular una estrategia que le permita a los renovadores quizá rechazar las modificaciones en los recintos, pero sin que eso haga naufragar los cambios.

Siempre queda además la salida intermedia, de habilitar solo un nuevo período, para lo que habría que modificar el texto del artículo 7, para que el período vigente cuando se aprobó la ley deje de contarse como el primero, pero manteniendo a partir de allí el límite, tal como lo planteó Gustavo Barrera de Villa Gesell, amparado en la idea de que “quien saca dirigentes o los pone es el pueblo", sumándose a lo que ya habían manifestado en el mismo sentido Pablo Zurro de Pehuajó, Marcelo Santillán de Adolfo Gonzalez Chaves y Mario Secco de Ensenada, entre otros.