¿Qué es el Minarquismo?, la filosofía económica de Milei
Se trata de una corriente de pensamiento dentro del liberalismo libertario desarrollada por la denominada "Escuela Austríaca" en el renacimiento del pensamiento clásico
El minarquismo es una corriente dentro del pensamiento político y económico liberal que se destaca por su defensa de un gobierno mínimo y limitado. Esta teoría, que comparte raíces con el liberalismo clásico, propone una intervención gubernamental reducida y se diferencia claramente del anarco capitalismo, ofreciendo una perspectiva que busca equilibrar la necesidad de orden, a través de la presencia limitada del Estado, con la libertad individual.
El minarquismo, como una corriente de pensamiento político y económico, tiene sus raíces en las obras de filósofos clásicos y teóricos políticos a lo largo de la historia. Sin embargo, el término "minarquismo" se popularizó más recientemente en el siglo XX, y uno de sus momentos clave fue el surgimiento de la Escuela Austríaca de Economía, con pensadores como Ludwig von Mises y Friedrich Hayek, quienes todavía no se reconocían como "minarquistas", pero tuvieron fuerte influencia en el desarrollo de esta corriente.
La formalización y la etiqueta específica de "minarquismo" se popularizaron en las últimas décadas del siglo XX, especialmente en el contexto del resurgimiento del liberalismo clásico y las ideas libertarias, y si bien el minarquismo tiene raíces históricas, su identificación como una filosofía política distinta y su desarrollo conceptual específico ocurrieron en tiempos más recientes.
La esencia del minarquismo reside en la idea de un gobierno que solo tiene asignadas algunas "funciones esenciales", como la protección de los derechos individuales y la seguridad nacional, mientras que en el resto de los ámbitos se aboga por una intervención gubernamental mínima, ya sea en la vida social, política y económica.
Esta teoría, que es la que defiende el presidente electo Javier Milei, solo reconoce como derechos individuales a la vida, la libertad y la propiedad, a los que coloca en el centro de su filosofía y son los únicos que merecen una defensa por parte del Estado.
Si bien para los minarquistas el gobierno tiene la responsabilidad de garantizar la igualdad ante la ley y proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos, los desequilibrios económicos, sociales y políticos de base debe ser resueltos en el ámbito privado, es decir que igualdad ante la ley no equivale a igualdad de oportunidades sino garantía de mismo tratamiento, sin importar si las partes se encuentran frente a alguna desigualdad de base.
En materia económica la teoría minarquista respalda el libre mercado y la libre competencia, por lo que en el plano ideal se espera que la mayoría de las transacciones económicas se realicen voluntariamente entre individuos y empresas, con una mínima intervención estatal en asuntos económicos, por lo que un programa de esta naturaleza tendría como principio rector la eliminación de las regulaciones estatales, que en algunos casos como el mercado laboral, representan una flexibilización de hecho, con quita de políticas de protección de los trabajadores, como las indemnizaciones.
Aunque aboga por un gobierno mínimo, el minarquismo reconoce la necesidad de mantener una fuerza militar y un sistema judicial para garantizar la seguridad nacional y la administración de justicia, y en concreto en el área de seguridad en dónde acepta una mayor intervención de parte del Estado sobre las decisiones de los privados, en este caso para reprimir el delito.
El presidente electo se refirió a esta cuestión durante su primer discurso tras ganar las elecciones cuando adelantó que sus políticas serán de shock porque "no hay lugar para gradualismos", para luego enviar un mensaje para los que opongan resistencia a esos cambios: "dentro de la ley todo, fuera de la ley nada", sentenció, en clara referencia a las normativas que habilitan a las fuerzas de seguridad a desalojar piquetes y cortes de calles para garantizar el libre tránsito.
Diferencias entre el Minarquismo y el Anarco Capitalismo
Algunos dirigentes y analistas califican a Milei como un anarco capitalista, pero la realidad es que aun con límites el flamante presidente le asigna roles determinados al Estado y además de las funciones especiales reconoce la necesidad de ciertas regulaciones, aunque mas no sea para fijar las reglas de juego que garanticen las "libertad" de negociación entre actores del sector privado.
El minarquismo y el Anarco Capitalismo son dos corrientes de pensamiento dentro del espectro de las ideas libertarias, y aunque comparten la preferencia por un gobierno limitado, difieren en la medida de la intervención estatal.
El anarco-capitalismo proponen la eliminación total del Estado en favor de un sistema basado en la propiedad privada y la libre competencia. Los anarco-capitalistas sostienen que la ausencia de un gobierno permitiría la autorregulación de la sociedad a través de mecanismos de mercado, argumentando que la competencia y la propiedad privada son suficientes para resolver conflictos y promover la prosperidad. A diferencia del minarquismo, el anarco-capitalismo no ve ninguna función legítima para el Estado, incluso en la protección de derechos individuales.
Pero para ambos sistemas los "derechos de propiedad" son la herramienta para la solución de la mayoría de los desequilibrios, no solo económicos, sino también sociales, políticos y hasta interpersonales. Vale recordar por ejemplo que Milei propuso la privatización de los ríos y otros cursos de agua para frenar la contaminación y Alberto Benegas Lynch se refirió a teórias que abogan por la privatización del mar y la fauna marina.