Intoxicación con monóxido de carbono: cómo prevenirla

Con el invierno en puerta y el retorno del uso de la calefacción a gas, los peligros de las emisiones de monóxido de carbono vuelven. La presencia en los hogares de este “enemigo invisible” que por año le cuesta la vida a "250 personas" debe controlarse y prevenirse.

En diálogo con el programa “Ida y vuelta” de Radio La Plata, 90.9, Miguel Ponce, investigador del CONICET, doctor en Ciencias Materiales, explicó los peligros que conlleva el uso incorrecto de los artefactos a gas y cómo prevenir posibles intoxicaciones que pueden provocar graves consecuencias para la salud.

“Con el invierno y el frío es imprescindible trabajar en la prevención en relación con gases tóxicos y explosivos, en este caso nos referimos al monóxido de carbono y el metano, dos componentes presentes en los hogares que producen accidentes”, comenzó explicando Ponce.

“Los artefactos de Argentina están preparados para advertir sobre eventuales accidentes con metano, pues el metano tiene un componente que produce un olor perceptible para nosotros”, continuó.

Y puntualizó: “Cuando hay olor a gas es porque para la prevención se le agregó un componente azufrado que genera ese aroma. Eso nos indica que hay una pérdida. Además, los artefactos tienen una termocupla que detiene la emisión cuando se apaga la llama”.

Por otro lado, el especialista alertó sobre la peligrosidad de las pérdidas de monóxido de carbono, al advertir que dicho gas “es lo que produce la gran cantidad de accidentes del hogar que tenemos en el país, donde anualmente tenemos 250 muertes por este motivo”.

Y sumó: “Se genera por la ausencia de oxígeno y cuando hay una pérdida de monóxido, pero como no tiene olor y el cuerpo humano no lo percibe es muy peligroso”, y de acuerdo a Ponce, dada su toxicidad, incluso en “concentraciones muy bajas”.

“Lo único que permite la prevención es tener un medidor de gas, una alarma de monóxido o hacer un control visual, aunque esto último no es 100 por 100 efectivo”, dijo.

“Hay que llamar a un gasista matriculado y ver que los artefactos funcionan bien. También que éste constate que el color de la llama sea azul, pues si es amarilla o narrando algo funciona más”, explicó. Aunque alertó que incluso con la llama correcta puede haber un artefacto que funciona mal.

"Los artefactos a gas tienen un uso de tiempo, por ejemplo el horno no se puede usar como estufa. También la mala instalación de un artefacto de gas y falta de ventilación. Todo eso provoca accidentes", reiteró.

Por último, Ponce destacó la relevancia del control del funcionamiento de los calefones, dado que a su uso se deben “el 87% de los accidentes”.