El dólar sube, los bonos caen y el gobierno intenta mantener la calma
El Ejecutivo creyó que aparecía un rayo de luz, pero el panorama sigue oscuro: el dólar no frena, los bonos se desploman y Milei adjudica la volatilidad a las elecciones.
El gobierno de Javier Milei enfrenta un escenario cada vez más complicado. La economía volvió a sacudirse en la última semana: el dólar se disparó y los bonos y acciones argentinas sufrieron fuertes caídas en los mercados internacionales. Ni el respaldo de Donald Trump parece alcanzar para sostener un modelo que muestra grietas por todos lados.
En la Casa Rosada reconocen que el clima es tenso. Según trascendió, Milei es consciente de la fragilidad que arrastra su sistema económico, aunque eligió adjudicar la volatilidad al calendario electoral. En su entorno remarcan que considera normal que los mercados se pongan nerviosos en épocas de elecciones y que, después de los comicios, la situación podría mejorar.
En ese marco, Milei mantuvo una reunión en Casa Rosada para analizar la situación y repasar los próximos pasos. Sin embargo, desde el Ejecutivo adelantaron que no habrá anuncios oficiales y que la línea será el hermetismo
Sin embargo, a pesar de que digan que no existen cambios nuevos, el gobierno ya aplicó algunas medidas restrictivas, como el refuerzo del cepo o las limitaciones para comprar dólares en billeteras virtuales.
Mientras tanto, Cancillería confirmó que Milei viajará el 14 de octubre a Washington para reunirse con Donald Trump en la Casa Blanca. “Como muestra de la excelente relación bilateral que une a la República Argentina y a los Estados Unidos de América”, comunicaron oficialmente.
Sin embargo, del otro lado del continente crece la tensión. La revista Fortune filtró una foto del celular del secretario del Tesoro, Scott Bessent, en la que se leía un mensaje dirigido a la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins: “Rescatamos a Argentina y, a cambio, eliminan los impuestos a la exportación de granos, venden soja más barata a China y desploman los precios en Estados Unidos”.
El texto encendió las alarmas en Washington, donde se acumula el malestar por la masiva venta de soja argentina a China, un negocio que hasta hace poco estaba dominado por productores norteamericanos.



