Relevamiento advierte que miles de hectáreas están bajo el agua en la provincia
Las intensas lluvias dejaron campos y caminos anegados. El agua no drena y el trabajo en la tierra se complica cada vez más.
Varias zonas de la provincia atravesaron una seguidilla de tormentas que provocaron graves daños en el interior. Localidades como Bolívar, 9 de Julio y Carlos Casares se encuentran en emergencia hídrica, con 319.000 hectáreas afectadas.
El dato surge de un relevamiento de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), que realizó un registro satelital en el que detectó un total de 711.343 hectáreas bajo el agua.
9 de Julio es la más golpeada, con 118.929 hectáreas afectadas, seguida por Bolívar con 100.123 y Carlos Casares con 100.057. Detrás se ubican 25 de Mayo, Pehuajó, General Alvear, Saladillo, General Viamonte e Hipólito Yrigoyen.
La situación se agravó por lluvias continuas que impidieron el drenaje del agua, sumadas a la menor evaporación en invierno y a la falta de obras, lo que derivó en una crisis que deja a miles de hectáreas bajo el agua.
El impacto en el agro ya es evidente: en algunos sectores no se pudo sembrar trigo y en otros está en riesgo la siembra de soja y maíz. La cosecha pasada aún enfrenta dificultades por caminos rurales intransitables y lotes de maíz sin levantar.
En las zonas más afectadas, productores denunciaron falta de mantenimiento, aunque también señalaron al fenómeno climático como un factor central por las lluvias extraordinarias.
En Carlos Casares, el intendente Daniel Stadnik sostuvo que los trabajos en caminos rurales se realizaron, pero que la crisis responde a un exceso de precipitaciones: “Esta zona está preparada para soportar 800 milímetros al año y ya llovieron 1.200 en apenas siete meses”.
Además, advirtió: “Cuando hablan de que se inunda por falta de mantenimiento es mentira. Es desconocimiento de cómo funciona ecológicamente esta zona; no hay otra explicación: llueve más de lo que la cuenca admite”.
En 9 de Julio, el presidente de la Sociedad Rural local, Hugo Enríquez, coincidió en que el clima es el principal detonante: “En julio pasado los registros fueron inéditos, con 120 a 150 mm, y agosto arrancó con otros 20 a 50 mm”. Sin embargo, denunció que “hoy habrá un 5 o 10% de caminos en buenas condiciones; el resto está en mal estado o directamente cortado”. Desde la municipalidad, remarcaron que se mantiene el protocolo de limpieza.
Mientras tanto, productores y autoridades coinciden en que, si las lluvias continúan, el panorama podría agravarse en las próximas semanas, poniendo en riesgo no solo las próximas siembras, sino también la logística y el abastecimiento en buena parte del interior bonaerense.





