Con el país congelado, el Gobierno ajusta el régimen de zona fría y sube el recargo en las tarifas
Mientras siguen los cortes y el frío extremo, el Gobierno reduce beneficios y encarece el gas para quienes no están dentro del régimen.

En plena emergencia por el desabastecimiento de gas natural, el Gobierno de Javier Milei avanzó con una batería de medidas que combinan aumentos, recortes y desregulaciones, todas con un denominador común: trasladar más costos a los usuarios. Mientras millones de hogares enfrentan temperaturas bajo cero, se oficializó un nuevo incremento en el recargo aplicado al régimen de zona fría y se concretó la eliminación de los precios de referencia para las garrafas, una decisión que golpea directamente a quienes no cuentan con acceso a redes de gas natural.
La decisión de aumentar el recargo que financia los subsidios del régimen de zona fría (establecida por la Resolución 444/2025 del Enargas) se inscribe en una lógica de ajuste progresivo que apunta a reducir el peso fiscal del esquema. Aunque el régimen fue creado para compensar el mayor consumo de gas en zonas con temperaturas extremas, desde el oficialismo consideran que su expansión en 2021 respondió más a intereses políticos que a criterios técnicos.
Con esta perspectiva, el Ministerio de Economía evalúa una reformulación del régimen que podría implicar una reducción del alcance actual. La meta oficial es clara: que el fondo sea “autosustentable”, sin aportes del Tesoro Nacional. Sin embargo, hasta el momento no se han detallado los plazos ni el impacto real de los cambios en estudio.
En paralelo, la Secretaría de Energía detectó a casi 138.000 usuarios con más de un medidor beneficiado con el descuento del 50%. Como respuesta, decidió recortar esta bonificación en los medidores secundarios, donde pasará a aplicar un descuento del 30%, manteniendo el porcentaje original solo para el domicilio principal. Con este tipo de medidas, el Gobierno busca reducir lo que considera “filtraciones”, aunque los ajustes recaen sobre usuarios que ya contaban con un nivel de asistencia previamente aprobado.
A este endurecimiento en el régimen de zona fría se suma la desregulación del mercado de gas licuado de petróleo (GLP), concretada a través del Decreto 446/2025. La norma eliminó los precios máximos que funcionaban como referencia para las garrafas, lo que implica dejar completamente librado su valor al libre y juego del mercado. Hasta ahora, esos precios permitían cierto control sobre el abastecimiento y servía como herramienta contra la especulación y el mercado informal.
El propio ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger defendió la medida en redes sociales, donde calificó al esquema anterior como parte de una “mala ley kirchnerista” y aseguró que “los precios libres son la mejor brújula para un mercado sano”.
DESREGULAMOS EL MERCADO DEL GLP. El Decreto Delegado 446/2025 con firma de @JMilei, @GAFrancosOk y @LuisCaputoAR moderniza la Ley 26.020 de Gas Licuado de Petróleo (sí, las garrafas). Una mala ley kirchnerista de 2005 que había metido todos los costos del Estado en un mercado que… pic.twitter.com/AKA62r9GNK
— Fede Sturzenegger (@fedesturze) July 3, 2025
La liberalización se da en uno de los inviernos más crudos en décadas, con una demanda de garrafas disparada en todo el país, especialmente en zonas rurales y periféricas donde se dificulta el acceso al gas natural. Desde la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado (CEGLA) advirtieron sobre un “contexto complejo” y destacaron que el 46,3% de los argentinos depende del GLP como fuente principal de energía para cocinar y calefaccionarse, según el Censo 2022. Las plantas, aseguran, están trabajando al límite de su capacidad para intentar abastecer la demanda creciente que, ahora, tendrá ningún tipo de ancla estatal en materia de precios.
En definitiva, mientras miles de hogares enfrentan temperaturas bajo cero con cortes de gas o dependencia total del gas envasado, el Gobierno acelera su plan de desregulación total del sistema energético. Sin red de contención, sin tarifas reguladas y sin refuerzos de asistencia directa, la apuesta oficial por el “mercado libre” deja a los usuarios más vulnerables a merced del frío y los precios.