Economía
El mercado regula, el pueblo se congela

En la semana más fría del año, el Gobierno se lava las manos con las garrafas

Mientras miles de hogares dependen del gas envasado para sobrevivir al frío extremo, el Ejecutivo elimina controles y se retira del mercado.

Nazareno Napal
03/07/2025
En la semana más fría del año, el Gobierno se lava las manos con las garrafas

Mientras gran parte del país atraviesa jornadas con temperaturas bajo cero y miles de familias dependen de la garrafa como único medio para calefaccionarse, el Gobierno de Javier Milei decidió desentenderse de la regulación del gas licuado de petróleo (GLP), también conocido como gas envasado. Lo hizo a través del Decreto 446/2025, publicado este jueves en el Boletín Oficial, en lo que muchos ya señalan como una medida de profunda insensibilidad social.

A partir de ahora, el Estado dejará de intervenir en los precios y en la dinámica de oferta y demanda de las garrafas, limitándose exclusivamente a tareas de fiscalización en materia de seguridad. En otras palabras, el costo del gas envasado (utilizado principalmente por quienes no tienen acceso a redes de gas natural) quedará totalmente librado al juego del mercado.

La norma, firmada por el presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo, sostiene que estos aspectos deberán estar “regidos por el funcionamiento libre y competitivo del mercado, que constituye el mecanismo más eficiente para asignar recursos y promover el desarrollo del sector”.

La desregulación se produce en la semana más fría del año, y una de las más crudas de las últimas décadas para varias provincias del país. En este contexto, la decisión de liberar completamente el mercado del GLP golpea de lleno a los sectores más postergados, que dependen de este tipo de energía para cocinar y calentarse. Aunque no sea el método más eficiente ni el más seguro, es muchas veces el único al que pueden acceder miles de hogares pobres, sobre todo en zonas rurales o periféricas sin conexión a la red de gas natural.

Además del retiro del Estado en la regulación del precio, el decreto también elimina la necesidad de autorización previa para operar como fraccionador, distribuidor o comercializador de GLP. A partir de ahora, bastará con presentar la documentación exigida y cumplir con la normativa vigente.

Entre los puntos centrales del nuevo esquema:

- Se permitirá instalar nuevas plantas o ampliar las existentes sin otro requisito más que cumplir con la ley y su reglamentación.

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- Los fraccionadores podrán envasar gas de cualquier productor o importador, incluso para diferentes marcas, mediante acuerdos bilaterales.

- Se habilita la libre importación de GLP sin necesidad de autorización previa, aunque la exportación solo será posible una vez garantizado el abastecimiento interno.

Por otro lado, el decreto establece que la Secretaría de Energía del Ministerio de Economía será la nueva autoridad de aplicación. Tendrá como función exclusiva realizar inspecciones técnicas para resguardar la salud pública, sin intervenir en temas de comercialización.

La desregulación también introduce una lógica de “autorregulación empresarial”, al definir que los fraccionadores deben integran un parque de envases de uso común “cuya cantidad podrá ser establecida por acuerdo voluntario de las firmas fraccionadoras”.

Lejos de reforzar la asistencia estatal en un momento crítico, el Gobierno decidió replegarse aún más, confiando en que el mercado garantizará el acceso justo y seguro a un recurso esencial como el gas. La medida no incluye ningún refuerzo del Programa Hogar (que subsidia a familias de bajos recursos), ni garantiza precios accesibles para los sectores que más lo necesitan.

El frío no espera y las decisiones del Ejecutivo responden más a la lógica de libertad de mercado que a las necesidades básicas de una población que, en medio de una de las olas polares más intensas del siglo, no tiene cómo calentar sus casas más que con una garrafa.

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