Del informe a la fuga: Francos se negó a volver al Congreso a rendir cuentas
Tras el escándalo en el Senado, el jefe de Gabinete formalizará su negativa a retomar la exposición interrumpida por un cruce con Cristina López.
Lejos de la rendición de cuentas y del espíritu republicano que pregona el oficialismo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, decidió formalizar su negativa a regresar al Senado. Lo hará este lunes a través de una nota en la que rechazará la nueva convocatoria para completar el informe de gestión interrumpido la semana pasada tras un cruce con la senadora fueguina Cristina López. “No voy a volver a un lugar donde no se respetan las formas institucionales”, adelantó.
El episodio que terminó con Francos abandonando el recinto en plena sesión (y que generó una ola de críticas en redes y en la propia Cámara alta), tuvo su capítulo siguiente con esta nueva declaración radial, donde el funcionario libertario redobló la apuesta: “Yo fui a cumplir con mi deber. Estuve más de cuatro horas. No tolero la falta de respeto de una senadora que ni siquiera honra su banca”, lanzó, en referencia a López, quien lo había calificado como “mentiroso” durante la interpelación parlamentaria.
En lugar de retomar el diálogo institucional o responder a los cuestionamientos sobre ajuste, coparticipación, obras paralizadas y recortes sociales, el ministro coordinador optó por reafirmar su retirada. En esa línea, defendió el esquema de ajuste con tono intransigente: “Han hecho una propuesta que no podemos aceptar. Estamos dispuestos a discutir, pero si no hay acuerdo, el tema se tratará en el Congreso. No vamos a hipotecar el orden fiscal por presiones políticas”.
El rechazo frontal a los reclamos de gobernadores se suma a la negativa a aceptar críticas parlamentarias. La estrategia parece consolidarse: evitar el debate profundo y usar la confrontación como cortina. Francos argumenta que el superávit fiscal es “un activo que no se puede poner en juego por demandas de corto plazo”, y asegura que, aunque el debate por la ley de Coparticipación sigue pendiente desde 1994, su resolución “es uno de los puntos más difíciles del Pacto”.
Consultado sobre otros ejes sensibles, como las retenciones, el jefe de Gabinete admitió que son “un mal impuesto”, pero descartó su eliminación en el corto plazo. “Por ahora no hay margen”, dijo, aunque destacó rebajas puntuales en sectores como las economías regionales, el acero, el trigo y la cebada.
El mismo tono aplicó para desestimar los cuestionamientos por la parálisis de la obra pública. “No se puede desarmar todo de golpe, volver al camino del déficit y la emisión es volver al fracaso”, sentenció, sin hacer referencia concreta a los proyectos interrumpidos ni a los miles de trabajadores afectados.
En un gesto de diferenciación sutil, se refirió también a las declaraciones de Milei, quien había insultado públicamente al gobernador Axel Kicillof. Francos marcó distancia: “Lo del Presidente fue en un evento político. Lo mío fue en una de las instituciones de la República. No es comparable”.
Pero lo que sigue sin poder compararse, en rigor, es la negativa de un jefe de Gabinete a someterse al control del Congreso. A días del portazo que dio en el Senado, Francos consolida un mensaje que trasciende su propio rol: el Gobierno no quiere dar explicaciones, y mucho menos frente a voces críticas.
