El aguinaldo ya no es un premio: bajo la motosierra libertaria, se convierte en salvavidas
Según un informe de Focus Market, más del 70% de los argentinos destina el aguinaldo a deudas o gastos esenciales. El goce quedó en pausa.

En la Argentina de 2025, el aguinaldo de mitad de año ya no se vive como un alivio ni mucho menos como una celebración. La motosierra libertaria (instrumento simbólico del ajuste feroz que aplica el Gobierno) ha dejado su marca profunda en los bolsillos de los trabajadores. En un contexto donde el poder adquisitivo se licúa mes a mes y el salario real retrocede ante el alza de tarifas, prepagas y transporte, ese ingreso extraordinario que llega en junio no se gasta en vacaciones, tecnología o consumo postergado, sino que se esfuma en pagar deudas o simplemente comer.
Un informe reciente de la consultora Focus Market revela con crudeza este nuevo mapa del consumo. El 40% de los argentinos destinará el aguinaldo a saldar deudas o afrontar gastos corrientes, mientras que un 31% lo usará para cubrir obligaciones básicas como expensas, servicios, educación o salud. Es decir, más de 7 de cada 10 trabajadores registrados no usarán el aguinaldo para mejorar su calidad de vida, sino apenas para intentar no seguir cayendo.
El contraste con años anteriores es significativo. En diciembre de 2024, por ejemplo, las vacaciones lideraban las prioridades, pero este junio ese rubro cayó al cuarto lugar, con apenas un 11% de los trabajadores que planean usar su aguinaldo en descanso (algo explicado en parte por el factor estacional). A la par, el gasto destinado a cubrir necesidades esenciales pasó del 9% a un 31% en apenas seis meses, lo que da cuenta del impacto acelerado del ajuste.
Del descanso al salvavidas: en junio de 2025 el aguinaldo ya no se gasta en vacaciones, sino en pagar deudas y comer. Te mostramos cómo cambió el destino de este ingreso extra en solo un año, según un informe de Focus Market. pic.twitter.com/0uNMFyIYik
— Radio La Plata 90.9 (@radiolaplata909) June 24, 2025
“La realidad cotidiana indica que los ingresos aún no alcanzan para cubrir todos los gastos del mes. En otras palabras, el salario se estabilizó… pero sigue sin rendir”, señala el informe. El mensaje no deja margen para el optimismo: el ajuste macroeconómico que el oficialismo presenta como única herramienta de estabilización, ha logrado contener la inflación a costa de hundir el consumo y golpear de lleno a las clases medias y bajas.
A eso se suma el aumento descontrolado de tarifas y servicios básicos. Con subsidios recortados y aumentos que se trasladan directamente al bolsillo del consumidor, el gasto en luz, gas, transporte o medicina prepaga se lleva una porción cada vez mayor del ingreso. En muchas familias, el aguinaldo es la única forma de saldar cuotas atrasadas o reponer la alacena.
“La coyuntura 2025 ofrece una postal distinta. Este año, el argentino promedio parece tener claro que el disfrute debe esperar. La prioridad, esta vez, es llegar a fin de mes”, advirtió Damián Di Pace, director de Focus Market.
Incluso quienes aún tienen capacidad de ahorro o inversión comienzan a moverse con más cautela. Las billeteras digitales, que supieron ser refugio de pesos, hoy pierden atractivo frente a opciones con mayor rendimiento. La estabilidad del tipo de cambio y la apertura parcial del cepo abren paso a estrategias más sofisticadas como el carry trade. Sin embargo, estas maniobras financieras están lejos del alcance del grueso de la población, que vive con el sueldo contado día a día.
Mientras el Gobierno insiste en que el ajuste es el único camino posible, los números del aguinaldo muestran otra cara: la de una sociedad agotada, que ya no espera un premio a mitad de año, sino apenas un respiro. Y ese respiro, hoy, ya no alcanza para disfrutar, solo para sobrevivir.