Lácteos Verónica recurre al desdoblamiento de sueldos para sobrevivir a la crisis
Los trabajadores denuncian falta de respuestas, desdoblamiento de sueldos y una caída drástica en la producción.
La histórica empresa Lácteos Verónica, con plantas en la provincia de Santa Fe, atraviesa una profunda crisis económica que mantiene en vilo a sus 700 trabajadores. Desde marzo, los empleados no perciben el salario completo y, en las últimas semanas, la situación se agravó con la retención de créditos laborales y aportes a la obra social.
En recientes declaraciones radiales, Rodolfo Rodríguez, delegado de trabajadores, brindó un crudo testimonio sobre el drama que viven muchas familias: “Hoy hay compañeros que no tienen para comer. Ayer el gremio los ayudó con aportes económicos”. Visiblemente conmovido, detalló que hay empleados con hijos bajo tratamiento oncológico que no pueden continuar sus tratamientos por falta de cobertura médica. “Hay compañeros que tienen chicos estudiando en otras localidades, entonces los han hecho volver porque no pueden pagarles más los alquileres, no pueden sustentarles más el estudio”, expresó, al tiempo que remarcó: “Más allá de ser una tragedia para nuestro pueblo económica, esto es también una tragedia cultural”.
Asimismo, Rodríguez denunció que la empresa intenta sostener sus operaciones a costa del sacrificio de los trabajadores: “No hay despido, pero la empresa viene pidiendo a los trabajadores que accedamos a un desdoblamiento de sueldos para financiarse”. A esta precariedad salarial se suma la falta de insumos y una competencia desleal por parte de productos importados que, según detalló, llegan con precios hasta un 40% más bajos.
La crisis de consumo, la caída en la producción y la falta de compromiso de los dueños forman, según el delegado, un “combo explosivo” que pone en riesgo la continuidad laboral de cientos de familias. “Estamos a la deriva, pidiendo ayuda. Si Lácteos Verónica quiebra, serán mil personas desamparadas”, advirtió.
Finalmente, Rodríguez compartió su experiencia personal como reflejo del deterioro generalizado: “Con mi mujer, llegamos a la noche y dejamos que coman las nenas porque lo poquito que nos quedó de comida lo estamos guardando porque sabemos que se va a poner peor”.
