Internos de una cárcel confeccionaron un Escudo Nacional en telar para una escuela local
La iniciativa forma parte de un proyecto de formación laboral y vinculación con la comunidad impulsado por el Servicio Penitenciario Bonaerense.
Personas privadas de su libertad en la Unidad 23 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), ubicada en Florencio Varela, confeccionaron un Escudo Nacional en telar que fue entregado a una escuela de la misma localidad con motivo de su 65º aniversario. La iniciativa se inscribe en un proyecto de servicio a la comunidad impulsado por el Centro de Formación Técnica y Oficios del penal, con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, a cargo de Juan Martín Mena, y la gestión del gobernador Axel Kicillof.
El trabajo fue realizado por los internos en conjunto con el personal penitenciario del área de formación laboral, en un espacio que promueve la capacitación y el desarrollo de habilidades productivas para facilitar la reinserción social de las personas privadas de la libertad. La escuela beneficiada fue la Primaria Nº 20 del barrio La Esmeralda, que había recibido semanas atrás 24 cortinas confeccionadas por los mismos internos para ser utilizadas en aulas y otras dependencias.
La entrega del escudo se concretó en un acto simbólico y cargado de emoción, donde participaron la Coordinadora del Centro de Formación Laboral de la Unidad 23, Verónica Miño, y el suboficial Hernán Rojas. Las autoridades de la escuela recibieron el presente con gratitud, destacando el valor del trabajo colaborativo entre la comunidad educativa y el sistema penitenciario.
Esta articulación entre la Unidad 23 y la Escuela N°20 no es nueva: comenzó en 2024 cuando el establecimiento educativo donó libros para la biblioteca del penal y mobiliario en desuso que los internos restauraron. A cambio, la cárcel respondió con la fabricación de bicicleteros, un carro para el traslado de libros y canastos para guardar mapas, a lo que ahora se suma el escudo nacional en telar y las cortinas.
La experiencia refleja cómo el compromiso mutuo y la cooperación pueden construir vínculos significativos entre la sociedad y las personas que transitan una etapa de encierro. Además, fortalece el sentido de pertenencia y responsabilidad en quienes participan de estos talleres formativos, aportando a la construcción de una convivencia más inclusiva y solidaria.
