Fumata negro en la Capilla Sixtina: La primera votación del cónclave fue inconclusa
Los 133 cardenales reunidos en el Vaticano no alcanzaron un consenso para elegir al sucesor del papa Francisco. El proceso continuará el jueves por la mañana.

Una columna de humo negro marcó el final del primer día del cónclave a las 21:00, horas después de que se cerraran las puertas de la Capilla Sixtina con el mensaje "Extra omnes" o "¡Todos fuera!". Esto significa que el cónclave continuará este jueves por la mañana, cuando los cardenales electores se reunirán de nuevo en la capilla alrededor de las 10:30, hora de Roma, para emitir sus votos de nuevo para la elección del 267º Papa, el nuevo líder de la Iglesia Católica.
La deliberación marcó el inicio del proceso para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido en abril a los 88 años. Según el protocolo del cónclave, los cardenales permanecerán incomunicados hasta que se alcance un consenso.
Antes del inicio del encierro, el decano del Colegio Cardenalicio encabezó una misa en la Basílica de San Pedro, donde instó a sus pares a elegir a un pontífice capaz de guiar a la Iglesia “en tiempos difíciles y complejos”.
Black smoke signalled the end of the first day of the conclave at 21:00, hours after the doors of the Sistine Chapel were closed with the words, "Extra omnes" or "Everyone out."
— Vatican News (@VaticanNews) May 7, 2025
This means the conclave will continue tomorrow morning when the Cardinal electors will gather once… pic.twitter.com/Yyo0BTsdvG
Según las reglas del Vaticano, si hubiera una fumata eso sería indicativo de que los cardenales otorgaron la mayoría de dos tercios a uno de ellos, que está fijada en 89 votos.
Asimismo, este miércoles, antes de cerrar las puertas, los cardenales juraron ante los Evengelios guardar "el secreto" sobre "todo lo que ocurre en el lugar de la elección concerniente directa o indirectamente al escrutinio", entre otras cosas. De no hacerlo, son excomulgados en el acto.
En tanto, más de 30.000 personas, según fuentes policiales, acudieron a la Plaza de San Pedro para presenciar la primera fumata del cónclave. Había mucha expectativa y todas las miradas se dirigían hacia la chimenea sobre la Capilla Sixtina, en cuyo tejado una gaviota (a veces dos) se posaba durante gran parte de la tarde, como espectadora más cercana del evento.