Roscas, votos y poder: Lo que hay que saber sobre la elección papal del 7 de mayo
Fausto Frau analizó el complejo entramado de influencias, jerarquías e intrigas que rodea al inminente Cónclave. Con estilo claro y filoso, repasó el rol de los cardenales argentinos, los mitos que circulan y las tensiones internas de la Iglesia Católica.

La Iglesia Católica se prepara para un momento clave de su historia institucional: el próximo miércoles 7 de mayo comenzará una nueva edición del Cónclave del Colegio Cardenalicio, el proceso mediante el cual se elegirá al próximo Papa. En su habitual columna política, Fausto Frau definió el evento como “la madre de las roscas”, una instancia en la que “se mezclan estados nacionales, organizaciones plurinacionales, arzobispados, diócesis, organismos de la iglesia”.
En primer lugar explicó que el Cónclave “no tiene un tiempo estipulado de duración. Por lo general últimamente no vienen durando mucho, pero nunca se sabe”. Y recordó que su función no se limita solo a la elección del Sumo Pontífice: “También brinda asesoría y consejos al Papa sobre distintas cuestiones, territoriales sobre todo”.
Frau también profundizó en el funcionamiento del Colegio Cardenalicio: “Está compuesto por todos los cardenales, que un cardenal no es un puesto o un cargo, es un título. Una especie de principado que otorga el Papa a un sacerdote importante, y es la máxima distinción que se le puede entregar”. Detalló que “no es un trabajo, sino un título cuasi nobiliario, eclesiástico, pero que tiene ese tinte”.
Actualmente hay 252 cardenales en todo el mundo, pero solo 135 tienen derecho a voto en el Cónclave. “Por ejemplo, nosotros tenemos a Estanislao Esteban Cardenal Karlic, que tiene 99 años y no puede votar”, explicó Frau. En el caso argentino, hay ocho cardenales en total, pero solo cuatro están habilitados para emitir su voto. Ellos son: Mario Poli, Ángel Sixto Rossi, Vicente Bokalic y Víctor Manuel “Tucho” Fernández.
“Rossi es de los cuatro el más cercano a Francisco porque es jesuita”, precisó. Además, destacó que Bokalic es “el famoso Cardenal de Lanús y hoy es el Arzobispo primado de Argentina, en criollo, el cura más importante del país”. En cuanto a Fernández, recordó que es el “ex arzobispo de La Plata”.
Según Frau, el proceso de votación se caracteriza por sus particularidades políticas internas. “Se van votando distintos cardenales… y van prevaleciendo distintas corrientes que van apoyando a distintos cardenales, que al contrario de la política, no suelen hacer campaña ellos mismos ni buscar serlo”, explicó. En cambio, “otros cardenales, no necesariamente postulables, juntan los votos en base a la influencia que tienen ellos mismos”.
Una frase llamativa fue: “Hay cardenales que asumen que nunca llegarán a ser papas, y juntan los votos para promover a un sector de la iglesia. No se votan cardenales, nombres propios, sino las políticas de iglesia que están detrás de ese nombre”.
El comunicador también reveló una lógica particular del proceso: “Nadie quiere estar en la lista de 'posibles papables' y buscan desmentir ese rumor, porque medio que si aparecés en la lista de posibles, perdés a su vez posibilidades”.
Consultado sobre los nombres que circulan como eventuales papables, Frau mencionó que “hoy hay mucha obsesión con el tema del Cardenal negro, que es bastante conservador, o el Cardenal filipino”. Y agregó: “Hay una obsesión con decir ‘el primer Papa esto…’ y la realidad es que el único 'primer Papa' distinto del último tiempo y de la historia fue Francisco, que fue el primer Papa americano, primer Papa jesuita”.
Además, desmintió algunos lugares comunes: “Es mentira que no sea el primer Papa no europeo, hubo africanos y asiáticos. En los primeros años de la Iglesia, las fronteras estaban desdibujadas. Muchos nacieron en Túnez, en Asia… Pedro era de Palestina/Israel”.
Sobre Benedicto XVI, Fausto compartió una reflexión personal: “Todos tienen una pésima imagen de él, cuando fue el que empezó la lucha contra la pedofilia, por ejemplo, y eso se lo llevó un poquito puesto. Era un tipo muy de la tradición, pero no muy ostentoso”.
Finalmente, reveló un dato que circula en los pasillos vaticanos y que nunca fue confirmado: “Lo que se dice —que nunca vamos a saber— es que Francisco renunció a ser Papa en 2005, porque obvio una condición es aceptarlo cuando te eligen, y sonaba con mucha fuerza en 2005. Dicen que el que consiguió más votos antes de elegirlo a Ratzinger fue Francisco, pero que él pidió no ser elegido”.
En un escenario donde se entrecruzan liturgia, poder e influencia internacional, el Cónclave que comienza el próximo 7 de mayo promete, como cada vez, redefinir el rumbo de una de las instituciones más antiguas y complejas del planeta.