Política
Por el capricho de Milei

Ni en Río Negro ni en Bahía Blanca: Argentina se quedó sin planta de GNL

Lo que pudo haber sido una de las mayores inversiones energéticas del país terminó desactivado por una disputa política. La planta de GNL que prometía desarrollo e infraestructura quedó descartada y el proyecto, archivado.

Nazareno Napal
25/04/2025
Ni en Río Negro ni en Bahía Blanca: Argentina se quedó sin planta de GNL

Lo que hace algunos meses era un rumor, fue confirmado oficialmente por el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín: la planta de licuefacción de gas natural licuado (GNL) que iba a radicarse en Río Negro finalmente no será construida. Lo que alguna vez fue presentado como un megaproyecto estratégico con una inversión superior a los 30 mil millones de dólares, hoy se diluye en una operatoria alternativa de buques licuefacción.

Lo que pudo haber sido una de las inversiones más importantes para el desarrollo energético del país y un impulso para la ciudad de Bahía Blanca, finalmente no se concretará en ningún lado.

Durante meses, el gobernador Axel Kicillof advirtió que la decisión de trasladar la planta desde Bahía Blanca, ciudad que contaba con la infraestructura necesaria y años de preparación, hacia Punta Colorada, en Río Negro, respondía a un “capricho ideológico” del presidente Javier Milei. La propia YPF había avanzado desde 2014 en gestiones para instalar la planta en suelo bonaerense, junto a su socio internacional Petronas.

Para principios de 2024, ya estaban listos los permisos, los estudios ambientales y la localización asignada. Pero con el cambio de gobierno, también cambió la lógica: el bastión opositor no podía recibir semejante inversión.

La ofensiva presidencial fue explícita. “Tenés al lastre tenerlo a Kicillof, que es un expropiador serial”, disparó Milei, al culpar al gobernador por no haber adherido al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), que beneficiaba el modelo extractivista de grandes corporaciones extranjeras. En esa misma línea, YPF terminó modificando el esquema del proyecto y avanzó con la idea de utilizar barcos fábrica, como el Hili Epiceyo, que operará desde 2027 en la costa rionegrina. Un cambio que, además de implicar menores márgenes de agregación de valor, expulsó del negocio a la industria local.

“Quedamos afuera del agregado del valor”, denunció Pablo Van Den Heuvel, del sindicato bahiense del gas natural. “Que lo licúen en un barco o en otro país es lo mismo. Viene con tripulación extranjera que cobra en su país. Es como vender trigo sin hacer el pan que podríamos hacer nosotros”, lamentó, al tiempo que aseguró que los trabajadores habían advertido hace un año que mudar la planta dispararía los costos de manera irracional.

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Petronas se bajó, las multinacionales también

La consecuencia de esta errática conducción política no tardó en sentirse: Petronas, la petrolera estatal malaya que había comprometido la millonaria inversión junto a YPF, se retiró del proyecto en diciembre de 2024. Lo hizo sin escándalo, en silencio, pero dejó un vacío enorme en una iniciativa que había sido promovida desde los tiempos en que Kicillof integraba el directorio de la empresa.

La salida de Petronas no fue un hecho aislado.. Exxon vendió sus activos a Pluspetrol, la noruego Refinor inició la valuación de sus propiedades en la zona y Vista Energy, del ex CEO de YPF Miguel Galuccio, se quedó con lo que dejó la petrolera asiática. Las señales son inequívocas: la política estratégica del Gobierno de Milei espanta inversores internacionales y promueve una reprimarización del sector.

“Es una venganza contra un mandato popular que no comulga con el Gobierno libertario”, había denunciado Kicillof en julio de 2024. Hoy, el tiempo le da la razón. Como sintetizó el intendente Federico Susbielles al recordar un tuit propio de aquel momento: “El tiempo dirá si es un daño solo para los bahienses o para todos los argentinos... y el tiempo dijo”.

 

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