Los combustibles suben de nuevo, alcanzando un 277% de aumento desde la llegada de Milei
Desde este martes 1 de abril, los combustibles en Argentina experimentaron un nuevo aumento del 1,75%, que impacta en nafta y gasoil.

Desde este martes 1º de abril, los combustibles volvieron a registrar un incremento en sus precios en los surtidores. La suba, que en promedio alcanza el 1,75% mensual, se mantiene en línea con los ajustes aplicados en marzo.
El Gobierno formalizó la actualización de los impuestos a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono mediante el Decreto 243/2025, publicado en el Boletín Oficial. Si bien durante marzo la volatilidad en los precios internacionales del petróleo alivió la presión sobre los valores locales, el ajuste busca acompañar el deslizamiento del tipo de cambio oficial, que mantiene un ritmo de incremento del 1% mensual, además de reflejar la suba marginal del impulso a los combustibles líquidos.
Como suele ocurrir, el mercado esperó a que YPF aplicara la primera actualización, dado que la petrolera estatal concentra el 60% de la demanda y suele marcar la pauta para sus competidores. En las estaciones de servicio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) los precios vigentes por litro en YPF antes del aumento de eran los siguientes:
- Súper: $1.173
- Premium: $1.449
- Gasoil: $1.188
- Euro: $1.448
A partir de este martes, estos valores se incrementaron en un promedio del 1,75% a nivel nacional.
Desde el inicio de la actual gestión, el gobierno de Javier Milei avanzó en la liberalización de los precios de los combustibles, lo que ha generado un constante aumento y una caída significativa en el consumo. De acuerdo con el portal especializado Surtidores, el valor de la nafta en CABA pasó de $311 en noviembre de 2023 a $1.173 en marzo de 2025, lo que representa un aumento nominal de 277,5%, superando ampliamente la inflación acumulada en el período.
No obstante, el mayor ajuste se concentró en los primeros meses del gobierno libertario. En la actualidad, los aumentos buscan seguir el ritmo del crawling peg y la variación del tributo a los combustibles. Este impuesto suele trasladarse directamente a los surtidores, pero el Ejecutivo optó por demorar su aplicación para no afectar el proceso de desaceleración inflacionaria, lo que implicó una pérdida de recaudación estimada en más de USD 200 millones mensuales, según la consultora Economía y Energía.