Milei suspendió parte de su tour internacional denunciando un “golpe de Estado"
En una semana marcada por la represión y las denuncias de violencia institucional, Javier Milei suspendió su viaje a España alegando inestabilidad democrática.

Javier Milei canceló su viaje a España previsto para la próxima semana, alegando una “delicada situación en la política y la institucionalidad democrática” de Argentina. La suspensión fue confirmada por medios españoles a través de un comunicado de “El Club de los Viernes”, organización que tenía previsto premiar al mandatario argentino.
La entidad, que se define como una plataforma liberal contraria a la “hegemonía socialdemócrata”, informó que Milei expresó su voluntad de recibir el galardón en una nueva fecha. El reconocimiento era por su “lucha y contribución en favor de las ideas de la libertad y en contra del socialismo”.
Sin embargo, la “delicada situación” que invocó Milei como motivo de su decisión parece estar más vinculada a la creciente tensión social en el país tras la represión del pasado miércoles, cuando una movilización en apoyo a los jubilados terminó con graves incidentes frente a la Casa Rosada, más de 130 detenidos, centenares de heridos y denuncias de violencia institucional.
En ese contexto, desde el oficialismo comenzaron a instalar la idea de un intento de desestabilización similares a otros que forman parte de la historia argentina. La diputada libertaria Lilia Lemoine sostuvo: “Los mismos que llevaron a cabo el golpe en 2001 para devaluar quieren lo mismo ahora”, y apuntó también contra el diario Clarín.
Las declaraciones escalaron con el respaldo del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien declaró: “En los últimos días han surgido movimientos políticos destinados a desestabilizar al gobierno” y agregó que esos sectores pretenden “generar un problema a un gobierno que ha conducido Argentina de manera estable”.
En paralelo, se profundizan las diferencias internas: la vicepresidenta Victoria Villarruel se solidarizó con los heridos por la represión y reivindicó su derecho a manifestarse, un gesto que se interpretó como un nuevo cortocircuito dentro de la cúpula del gobierno.