Con banda presidencial y logo oficial, Milei publicita una beca universitaria privada
La iniciativa, impulsada por ESEADE, fue promocionada con cartelería en la vía pública y publicaciones en redes sociales del propio mandatario.

En medio de una profunda crisis económica y con las universidades públicas al borde del colapso presupuestario, el presidente Javier Milei decidió utilizar su imagen oficial, su cargo institucional y hasta el logo de la Presidencia de la Nación para respaldar una beca impulsada por una universidad privada.
La Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE), cercana a su círculo ideológico, lanzó la “Beca ESADE Presidencia de la Nación”, que cubre hasta el 100% del arancel para estudios de grado y posgrado. La Campaña fue difundida tanto en la vía pública como en las redes sociales del propio mandatario.
“El objetivo principal de esta campaña es dar a conocer la nueva Beca ESADE Presidencia de la Nación, una iniciativa que busca ofrecer oportunidades a estudiantes comprometidos con su desarrollo académico y profesional”, señala la web oficial de la casa de estudios. Los carteles, que muestran al Presidente con la banda presidencial junto a un código QR, se desplegaron en distintos puntos estratégicos de la Ciudad de Buenos Aires durante febrero, mientras muchas universidades nacionales advierten que las dificultades de desarrollar las clases con normalidad a causa de la falta de fondos.
La decisión de Milei de asociarse abiertamente a una institución educativa privada no sólo choca con su rol institucional, sino que también refuerza el mensaje de desvalorización que su gobierno viene dando haciendo la educación. Desde que asumió, el Ejecutivo ha congela el presupuesto universitario, desfinanciado programas de investigación y estigmatizado a la comunidad académica, tildándola de “adoctrinadora”.
La beca promovida por ESADA, una universidad fundada en 1978, con fuerte vínculo a Alberto Benegas Lynch, mentor político de Milei y padre del actual diputado homónimo, se presenta como una oportunidad para quienes compartan los ideales libertarios. En palabras de la institución, se trata de brindar acceso a “una educación de excelencia, alineada com los principios del libre mercado, el respeto a la propiedad privada y la responsabilidad individual”.
Más allá del impulso oficial, desde la universidad aclararon que no reciben financiamiento estatal para la implementación de esta beca. Sin embargo, la participación activa del Presidente y el uso de los símbolos del Estado en su promoción generan un conflicto ético evidente: la figura presidencial, cuya investidura representa a toda la ciudadanía, utilizada para favorecer intereses privados en detrimento de un sistema público que se encuentra asfixiado.
Según fuentes de la propia institución, la validación de la beca por parte del Ejecutivo incluye el envío de la nómina de beneficiarios a la Casa Rosada y hasta la posibilidad de que la Presidencia recomiende postulante, un criterio que se considerará junto con otros aspectos como antecedentes académicos, situación económica y desempeño profesional.
El uso de recursos comunicacionales del Estado para avalar un programa privado no fue un hecho aislado. El 2 de febrero, Milei publicó en su cuenta de Instagram una imagen promocionando la beca con el texto: “Formación en las ideas de la libertad”. En ese mismo posteo aparecía su imagen institucional y el logo de la Presidencia, reforzando la legitimidad estatal de una propuesta surgida enteramente desde el ámbito privado.
Paradójicamente, esa publicación ocurrió días antes de que Milei quedara envuelto en el escándalo de la criptomoneda $LIBRA, una presunta estafa financiera que lo expuso a investigaciones judiciales en Argentina y Estados Unidos. En ambos casos, se repite un patrón: el uso del poder presidencial para favorecer iniciativas privadas que reflejan una ideología, sin reparar en los límites éticos ni el rol que debería cumplir como jefe de Estado.