En Davos, Milei cargó contra la cultura woke a la que definió como un "cáncer a extirpar"
En su intervención, criticó abiertamente el feminismo, la ideología de género y el ecologismo radical, buscando consolidar un frente global contra lo que considera amenazas a la libertad individual.
El presidente argentino, Javier Milei, se presentó en el Foro Económico Mundial de Davos, un evento que congrega a más de 3,000 líderes globales cada enero para discutir desafíos estratégicos y fomentar la cooperación internacional. En su discurso inaugural, Milei afirmó: “El mundo ha abrazado a la Argentina, que se ha convertido en ejemplo mundial”.
Sin embargo, su intervención se centró en una crítica feroz hacia lo que él denomina la ideología woke. Para Milei, esta ideología representa “la epidemia que hay curar y el cáncer que hay que extirpar”. En su arremetida, el mandatario no solo atacó el rol del Foro y de los organismos multilaterales de crédito, sino que también dirigió su ira hacia las naciones de la Unión Europea, a las que acusó de defender el progresismo internacional. Cuestionó abiertamente la ideología de género, el feminismo, el ecologismo radical y la bandera del cambio climático.
Milei recordó su participación en la edición 2024 del mismo Foro, donde destacó: “Les dije que era el comienzo de una nueva Argentina que estaba infectada de socialismos durante mucho tiempo”, y remarcó: “Ya no me siento tan solo”. En su discurso, Milei expresó su esperanza de que “lentamente, se ha ido formando una alianza internacional de todas las naciones que queremos ser libres y abrazar las ideas de la libertad”.
El presidente enumeró a varios líderes que, según él, comparten su visión, desde Elon Musk hasta Giorgia Meloni, pasando por Nayib Bukele, Viktor Orbán, Benjamín Netanyahu y Donald Trump. Este intento de consolidar un frente global en contra de lo que Milei califica como amenazas a la libertad individual refleja un enfoque polarizador que, lejos de construir puentes, parece buscar la confrontación.
¿Qué es la cultura woke?
El término "woke" ha evolucionado en el debate político y cultural a nivel global. Originalmente, se refería a una conciencia social sobre las desigualdades, pero hoy en día se ha convertido en un concepto cargado de connotaciones ideológicas. En Argentina, Milei lo describió en Davos como “socialismo cool”, “un virus mental” y “un cáncer que hay que extirpar”. Esta visión ha sido respaldada por figuras como Donald Trump y Elon Musk, quienes también lo consideran una amenaza para los valores tradicionales y la libertad individual.
Etimológicamente, "woke" proviene del verbo en inglés "wake", que significa despertar. En su uso contemporáneo, se asocia con un estado de conciencia sobre injusticias sociales y políticas, especialmente en temas como el racismo, la igualdad de género, los derechos LGBT+ y el cambio climático. Según el diccionario Oxford, “woke” implica estar consciente de temas sociales y políticos, en especial el racismo, aunque a menudo se utiliza de forma despectiva para referirse a quienes parecen “molestarse con demasiada facilidad”.
En este contexto, el término también abarca prácticas como la “cultura de la cancelación”, que se refiere al boicot a personas o empresas percibidas como ofensivas o contrarias a los valores progresistas. Los críticos de esta cultura sostienen que representa una coerción ideológica que amenaza la libertad de expresión y fomenta una división social más profunda.
Un llamado a la reflexión
Las declaraciones de Milei en Davos, cargadas de violencia retórica y falta de aceptación hacia la diversidad de opiniones, levantan cuestionamientos sobre su capacidad para liderar en un mundo que demanda diálogo y cooperación. Su enfoque polarizador no solo minimiza la importancia de las luchas sociales, sino que también puede contribuir a una mayor división en lugar de fomentar la unidad y el entendimiento.
En un contexto donde las sociedades enfrentan desafíos complejos, la necesidad de un liderazgo que abrace la diversidad y promueva el respeto por las diferencias se vuelve más crucial que nunca. Las palabras de Milei, lejos de construir puentes, parecen reforzar un discurso que podría tener repercusiones negativas para Argentina en el escenario internacional. La búsqueda de aliados en su lucha contra lo que él considera ideologías perjudiciales podría, en última instancia, aislar al país en lugar de integrarlo en un diálogo constructivo y necesario.
