El ajuste libertario vuelve a alarmar al Hospital Laura Bonaparte
Los despidos, que van desde personal administrativo hasta profesionales especializados, generan malestar en la institución, donde muchas áreas ya se encuentran perjudicadas por la falta de empleados.

El personal del Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte vuelve a encender las alarmas por el ajuste libertario, ahora por el despido de más de mil personas de distintos organismos dependientes del ministro de Salud Mario Lugones. Este jueves, los trabajadores del centro mental llevaron a cabo una asamblea y definieron permanecer en el establecimiento como plan de lucha ante lo que consideran un nuevo golpe a la salud pública. También convocarán una manifestación para el lunes en la que buscarán acompañamiento de movimientos sociales.
El cese de la relación laboral de unas 1.400 personas fue comunicado ayer desde el ministerio, que justificó la decisión argumentando que existían irregularidades contractuales en estos cargos y que se trataba de incorporaciones políticas. En el marco de un "reordenamiento de sus competencias y del redireccionamiento de las políticas sanitarias", el Gobierno nacional echó a empleados de múltiples hospitales y organismos sanitarios; algunos de los afectados son el centro de alta complejidad Prof. Alejandro Posadas, el Instituo Nacional del Cáncer, el Pami y la Anmat.
Los recortes en el Bonaparte ya afectan al funcionamiento de diversas áreas, tanto administrativas como especializadas. Según denunciaron los trabajadores, entre los despidos, el hospital perdió profesionales de la psiquiatría y personal de atención al público, obstaculizando el normal desempeño del centro.
"El Ministerio de Salud despidió a 200 trabajadores del Hospital Laura Bonaparte. Esto implica la imposibilidad del funcionamiento del hospital como tal, ya que se desmantelaron dispositivos asistenciales completos", dijeronn los trabajadores y alertaron que "esta medida deja sin tratamiento a la totalidad de los pacientes, incluyendo adultos, niños y adolescentes. A esto se le suma la imposibilidad la continuidad pedagógica de los hijos de los trabajadores que asisten al jardín maternal del hospital".
También consideraron que la decisión del Gobierno nacional constituye un nuevo ataque a la institución en su intento por cerrar el hospital, como advirtieron meses atrás con el anuncio de que se dejaría inactivo el servicio de guardia e internación. Tras una ola de reclamos, la administración libertaria dio marcha atrás con aquella disposición, pero en el sector de salud pública continúa el estado de alarma.