El consumo de yerba sigue bajando y ya se redujo en un 11%
Según datos del Instituto Nacional de Yerba Mate, se consumieron casi 25 millones de kilos menos que el año pasado.
La yerba mate que se utiliza para preparar una de las infusiones más características de la Argentina atraviesa una marcada caída del consumo que se fue pronunciando cada vez más en los últimos meses. Según datos del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), en los primeros once meses del 2024, los molinos despacharon 238.042.303 kilos para consumo local en sus diferentes presentaciones, lo que implica una caída interanual del 11%.
En un contexto de crisis y recesión económica, los argentinos consumieron durante este período casi 25 millones de kilos de yerba menos mientras que, como contraparte, las exportaciones se encuentran en uno de sus mejores momentos. Desde el sector se quejan de la crisis que golpea el mercado interno y lo adjudican a la pérdida de poder adquisitivo.
El bajo número de consumo registró niveles similares en el 2016 cuando salieron de la zona productora unos 234.188.058 kilos de yerba mate. Cabe mencionar que durante el 2024 se sumó a los factores que influyeron sobre el sector la fluctuación de precios por consecuencia de la desregulación de los valores que impulsó el presidente Javier Milei poco luego de asumir. En este marco, el INYM dejó de tener la capacidad de fijar precios mínimos para la hoja verde y la yerba cachada.
La producción del emblemático producto obtuvo mejores resultados en el mercado exterior. Durante el primer año de gestión libertaria salieron por los puertos 41.228.288 kilos de yerba. Esta cantidad superala del pico del 2018, año en el que se despacharon 40.522.479 kilos. En comparación con el 2023, el índice marcó un crecimiento del 13%, es decir que se exportó una diferencia mayor a 4 millones.
Es importante destacar que la comercialización de la yerba a otros países sólo representa aproximadamente un 20% de la actividad total del sector. Además, el impacto de la desregulación no sólo se plasmó en la caída de uno de los productos culturalmente más consumidos por la sociedad argentina, al igual que la carne, sino que también conllevó a una industria más concentrada.
"Es un mercado muy particular. Hablamos de 13.500 productores. Hay 200 secaderos. Y aún se disminuye más el embudo a 40 molinos que embazan y venden. El 10% terminan siendo los que están en el top 10 de ventas", explicó en declaraciones radiales Marcelo Hacklander, productor yerbatero y presidente de la Asociación Unión de Agricultores de la provincia de Misiones.
Según Hacklander, la medida también agudiza la vulnerabilidad del productor frente a las empresas comercializadoras. "Hoy, entre cosechar y no cosechar, prefiero dejar la yerba parada en la planta y no tener el gasto enorme que hemos tenido", comentó.