Corte de luz masivo en el AMBA: Qué pasó y cómo avanzan las reparaciones
Las distribuidoras Edesur y Edenor trabajaron durante la noche para restablecer el servicio, aunque miles de hogares continuaban afectados hacia la madrugada.

Miles de usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se quedaron sin suministro eléctrico el pasado miércoles 1ero de enero, en medio de una fuerte tormenta que azotó la región. Según el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), el apagón, que alcanzó un pico de 95 mil usuarios afectados, se registró alrededor de las 18:30.
La lluvia y el granizo que comenzaron por la tarde generaron múltiples interrupciones en el suministro, afectando barrios porteños como Almagro, Balvanera, Recoleta y San Nicolás, así como localidades del conurbano sur, entre ellas Avellaneda, Lanús, Quilmes y Lomas de Zamora. Las distribuidoras Edesur y Edenor confirmaron que la mayoría de los problemas se produjeron en el sistema de media tensión, dejando a miles de usuarios sin electricidad durante varias horas.
El restablecimiento del servicio comenzó durante la noche, aunque hacia la madrugada del jueves aún permanecían sin luz más de 16 mil usuarios. Desde Edesur explicaron que el corte en Recoleta se debió a un inconveniente en la generación de energía que afectó a las subestaciones Azcuénaga y Paraná. "Pudimos normalizar rápidamente la operación en estas áreas, devolviendo el servicio a gran parte de los usuarios", detallaron en un comunicado.
El ENRE, por su parte, publicó un gráfico que reflejaba la magnitud del apagón. Este mostró que la interrupción generalizada comenzó a las 17:35 y alcanzó su punto más crítico a las 18:30, con 85.150 usuarios de Edesur y 10.450 de Edenor afectados simultáneamente.
Clima y demandas futuras: El desafío para el sistema eléctrico
El corte coincidió con un episodio climático atípico para el verano porteño, caracterizado por lluvias intensas y granizo. Aunque no hay confirmación oficial de que las condiciones meteorológicas fueran la causa directa, las empresas destacaron que este tipo de eventos suelen impactar negativamente en la infraestructura eléctrica.
Si bien el alivio térmico de diciembre permitió evitar los cortes masivos habituales del verano, las distribuidoras se preparan para enfrentar mayores tensiones en febrero y marzo, cuando el aumento de la demanda de aire acondicionado y refrigeración pone al sistema bajo presión. "Los momentos más críticos ocurren durante olas de calor prolongadas, que aumentan significativamente el consumo", explicaron desde Edenor.
A pesar de los avances en la mejora de la infraestructura, el sistema eléctrico del AMBA continúa siendo vulnerable ante picos de demanda. Tanto las empresas como las autoridades aseguran estar trabajando para minimizar el impacto de futuros cortes y garantizar un suministro más confiable durante los meses más calurosos del año.