Cierra el Centro Cultural Haroldo Conti: Despidos, censura y otro golpe a la memoria
La decisión, justificada como una "reestructuración", es vista como un golpe al legado de memoria y verdad construido en los últimos 16 años.
A partir de hoy, el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti cerrará sus puertas por decisión de Alberto Baños, secretario de Derechos Humanos de la Nación, quien dispuso que el personal pase a “guardia pasiva”. Esta medida, anunciada el último día de 2024, desató una fuerte polémica y el repudio de organismos de derechos humanos, que calificaron la acción como “un ataque directo a la memoria colectiva y las políticas de derechos humanos”.
“El desguace avanza sobre la exESMA, espacio consagrado desde 2004 a la memoria y los derechos humanos”, señalaron en un comunicado diversas organizaciones. La decisión incluye restricciones de ingreso al personal que no haya adherido al retiro voluntario impulsado por el Ministerio de Justicia, lo que ha generado temor entre los trabajadores por una posible presencia policial, algo que ya se verificó anteriormente durante esta gestión.
El Centro Cultural Haroldo Conti, que funcionó desde 2008 en el predio de la exESMA, se convirtió en un referente artístico y educativo ligado a la memoria del terrorismo de Estado. Durante los últimos meses, pese a la ausencia de un director designado por la gestión de Baños, mantuvo una programación activa que incluyó teatro, fotografía, música y el emblemático seminario de políticas de memoria, que este año debió realizarse en sedes alternativas tras la censura del propio Baños.
“No vamos a cerrarlo, sino a reestructurarlo”, declaró el funcionario, justificando el cierre con la necesidad de una “reorganización interna”. Sin embargo, esta explicación fue rechazada por trabajadores y referentes culturales. “Este Gobierno es el mal en todo sentido”, expresó Lola Berthet, exdirectora del Conti, en sus redes sociales.
El impacto de la medida es amplio: de los 87 trabajadores del centro, aproximadamente 50 están contratados a través de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) y enfrentan la amenaza de despidos si no aceptan el retiro voluntario. La incertidumbre también afecta al personal en planta transitoria, mientras que los 20 empleados en planta permanente permanecen en situación crítica.
La clausura del Conti ha generado amplias muestras de solidaridad. Este jueves se realizará una asamblea unificada de trabajadores en la exESMA, seguida de actividades de protesta en el Ministerio de Justicia. Además, el padre Lorenzo “Toto” de Vedia ofrecerá una misa en apoyo a los empleados el viernes, y el sábado se convocará a una vigilia con velas fuera del centro cultural bajo el lema “Una memoria que arde. El Conti en guardia”.
Para muchos, la decisión de Baños forma parte de un vaciamiento más amplio de las políticas de derechos humanos bajo el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel. “Todo el año sufrimos despidos”, denunció Nana González, trabajadora del Conti y delegada de ATE. “Hay mucho ensañamiento. La gestión ni siquiera conoce el Conti ni las actividades que aquí hacemos”.
La clausura del espacio ocurre a pocos meses de que se conmemoren los 49 años del último golpe de Estado, lo que subraya la preocupación por el futuro de las políticas de memoria en Argentina.
