Mientras el Gobierno pone en duda la validez de su expulsión, Kueider apela a la Justicia
El senador nacional intenta recuperar su banca en el Congreso nacional con un recurso de amparo, en medio del debate sobre si Victoria Villarruel debía o no presidir la sesión donde se resolvió su remoción.
La expulsión de Edgardo Kueider del Senado de la Nación, a causa del dinero no declarado que se le encontró fuera del país, abrió otra grieta entre el presidente Javier Milei y su vice Victoria Villarruel. El Jefe de Estado puso en duda la validez de la sesión especial que motorizó la remoción de su cargo al aliado libertario y, en medio del debate técnico que generó, el entrerriano presentó un recurso de amparo ante la Justicia.
Luego de la instancia dirigida por Villarruel, Milei cuestionó los votos de los legisladores que penalizaron a Kueider dejándolo fuera del Senado; en las últimas horas aseguró que, desde el momento en el que él partió del país hacia Italia, su segunda al mando dejó de poseer la presidencia del parlamento para contrarrestar la acefalía del Gobierno.
"Si preside la sesión del Congreso, está trabajando en el Legislativo, pero al mismo tiempo es Presidente de la Nación interina. Eso violenta la división de poderes. La sesión es inválida", planteó en declaraciones mediáticas. "Puedo verificar y notificar que Villarruel fue informada 48 horas antes de la sesión", agregó.
A raíz de esta supuesta irregularidad, los abogados de Kueider, que ya habían anticipado que pedirían la nulidad de la sesión, presentaron ante la Justicia un recurso de amparo con el objetivo de revertir el resultado de la votación y lograr su reincorporación en el Senado. El expediente fue ingresado al Juzgado Contencioso Administrativo Federal 6, a cargo del juez Enrique Lavié Pico, por el representante legal del imputado, Maximiliano Ruiz, en tanto el entreriano permanece con prisión domiciliaria en Paraguay.
Este otro capítulo del escándalo Kueider puso de manifiesto otra tensión entre los funcionarios libertarios ya que, desde el entorno de Villarruel aseguraron que el Presidente no notificó su partida, mientras desde la Casa Rosada afirman no sólo haberlo hecho, sino también que el escribano general de la Nación intervino correspondientemente, pero fue ignorado por la vicepresidenta.
