Los radicales y el PRO rompieron el diálogo con el gobierno por el Presupuesto

Luego de horas de negociación y cuando el debate parecía encaminado, desde la principal oposición a la administración de Axel Kicillof en la Legislatura le mostraron los dientes y acusaron que la variedad de interlocuciones no hace serio el debate.

Uno de los que se mufó de la discusión y lo expresó en sus redes sociales fue el jefe de la bancada del radicalismo, Diego Garciarena. “Es muy difícil avanzar en el tratamiento de leyes que pretende el gobernador cuando no hay diálogo. Abordamos los temas con mucha responsabilidad y a este ritmo va a ser casi imposible sesionar antes de febrero o marzo”, sentenció el legislador radical.

Aunque desde el PRO no dieron un testimonio público, dejaron entrever que las espadas legislativas del gobierno mantienen diferencias en la conversación sobre un proyecto clave: La Fiscal Impositiva.

Puertas adentro, en la oposición marcan que la discusión no logra avanzar por las diferentes versiones que trae el oficialismo dependiendo del interlocutor. Sin embargo, advierten que no está todo perdido y están dispuestos a mantener la sesión para la fecha estimada en un principio: 12 de diciembre. Los más aventurados se juegan por una super sesión para el 19 de diciembre “para pasar las fiestas en paz”.

Para el próximo 12, no sólo se esperaba el debate por el presupuesto, sino cumplir con el mandato de cambio de la presidencia, algo que quedó trunco en las últimas horas por la falta de coordinación entre las tres patas del oficialismo.

Fuentes de los bloques opositores marcaron a este medio que la discusión por el Presupuesto no es un problema, aunque hay quienes piensan que necesitan “claridad” en la Fiscal Impositiva, y las discusiones del peronismo no dan certezas sobre el proyecto final.

La discusión interna del radicalismo tampoco ayuda al oficialismo. Aunque con Miguel Fernández se afinó la línea de diálogo, hay jefes comunales que juegan su juego y rompen con la organicidad del debate legislativo. La ansiedad de los intendentes pasa por la necesidad de contar con Fondos de libre disponibilidad, algo que surgió en el actual año fiscal.