Información General
Entrevista - Parte 2

Benasayag: "Frente a los desafíos del mundo, Milei propone la orgía de un goce colectivo y bárbaro"

De cara a la presentación de su último libro "Contraofensiva", el ensayista Miguel Benasayag explica, en esta segunda entrega de la nota que realizó con CódigoBAIRES, los vínculos entre tecnología, crisis de la democracia, ultra derecha y Javier Milei.

Andrea Lazaro
25/10/2024
Benasayag: ”Frente a los desafíos del mundo, Milei propone la orgía de un goce colectivo y bárbaro”

Colonización de la tecnología digital, IA y control social, poder desterritorializado, simplificación del discurso político, binarismo y violencia; la barbarie del goce infantil que propone Javier Milei y frente a ello, la propuesta de una “contraofensiva” que surja desde abajo y reivindique la existencia por sobre el funcionamiento, la vida y la complejidad del mundo. Sobre estos tópicos gira la segunda parte de la entrevista que CódigoBAIRES realizó al filósofo y psicoanalista Miguel Benasayag. La primera parte del reportaje puede leerse aquí.

En una conferencia reciente, el analista político Raul Timerman afirmaba algo similar al destacar que el debate político se restringió a Milei sí - Milei no. Y sumado a esto estamos en un clima de época en el cual los discursos de la oposición también parecen inmersos en ese binarismo y apelar constantemente a lo emocional. ¿Cuando usted habla de que la sociedad actual no está capacitada para aceptar la negatividad se refiere un poco a esta simplificación? 

Si, porque cada vez más caemos en la trampa de candidatos del sí - no, donde no hay un pensamiento complejo de etapas o contradicciones. Porque la justicia económica, por ejemplo, tiene contradicciones con la justicia ecológica y no todo coincide; y eso hay que poder aceptarlo.

Eso hace Milei cuando toma ese nivel de brutalidad y dice, frente a la evidencia empírica, que no hay recalentamiento global; y los que no estamos locos vemos eso que él niega solo con abrir la ventana. Esas son contradicciones que tenemos que asumir, y oponer al simplismo brutal de la barbarie de Milei y los demás referentes de la extrema derecha, no una solución, sino la cultura, la complejidad, la libertad en serio.

PUBLICIDAD

¿Y su juego de palabras “Si la IA no piensa, Milei tampoco…”, como se podría entender?

Ese es un chiste que viene de la neurofisiología. Los ingenieros que se meten en la IA y están muy entusiasmados dicen que la IA piensa. Eso es cómico, porque desde el punto de vista biológico el cerebro no piensa sino que participa del pensamiento. El cerebro no secreta el pensamiento como la vesícula, la bilis, esa función la realizan los cerebros articulados, porque el pensamiento es siempre un proceso colectivo.

Cuando una persona está sola - cuando nos tocó estar solos en una celda, abandonados -  sino no tenías graves problemas, al cabo de un tiempo te dabas cuenta que no estabas solo para nada. Eso es el terronismo de la represión, hacerte sentir solo y que tengas que salvarte solo. Pero al cabo de un tiempo percibías que estás pensando de manera contradictoria; porque para efectuarse necesita la colectividad, aunque físicamente uno esté solo. Así que el pensamiento es colectivo, es común y es histórico.

El chiste es decir 'cómo va a pensar la máquina si el cerebro tampoco piensa', entonces a eso le sumamos que Milei piensa menos aún, porque es un segmento dentro de la máquina, uno muy pequeño.

Por ejemplo, en el mitin con su hermana en Parque Lezama, con los insultos, las obsesiones con el culo - Milei el proctólogo- propuso a una población, que tiene muchas amenazas, un goce bárbaro; grita: ¡culo, orto, sorete...!. Todas esas palabras, las malas palabras - que son más espesas que las otras - son parte de una invitación a la barbarie, de un goce colectivo. 

Porque el acto que hizo en Parque Lezama fue como una orgía, un ‘vamos a gozar todos juntos’. Y esa es la propuesta, porque la complejidad no te lleva a un goce, te lleva a bancártela, a asumir. En cambio él, frente a los grandes desafíos del mundo, propone la orgía de un goce colectivo y una posición super regresiva de nenes que dicen ‘pis, caca y culito’.

Hablás de goce y la Psicología lo vincula con procesos autodestructivos, en oposición al placer, que es un proceso más complejo.

Exacto, Carl Jung utiliza la palabra goce en el sentido de romper los límites y destruir, algo que no tiene nada que ver con el placer. El goce es una tentativa de ir hacia lo absoluto, donde no hay estructura. El placer es algo que compartimos, que sentimos y que nunca llega a esos niveles de destrucción. El goce, si lo pensamos como una imagen, es una especie de masa toda confundida donde no hay nada más; ni mañana, ni ayer, ni estructuras.

Por eso en algunos extractos de su discurso, ante la gente y frente a la duda y al miedo, él propone el goce y negar toda complejidad. Milei dice ‘esto es muy difícil, ya no hay nada’. 

Ante la colonización algorítmica y las tecnologías, vos planteas la necesidad de que los gobiernos interpongan regulaciones. No es casual que Milei y otros exponentes de las nuevas derechas vayan contra eso. Incluso hablan de incorporarlas a áreas como la educación, salud, la seguridad y el control social y la vigilancia de los ciudadanos. ¿Qué peligros conlleva esto?

Es la potencia tecnológica de la IA que desplaza a los lugares de poder de todo lugar democrativo. Elon Musk y otros magnates y tecnófilos como él directamente tienen un poder extraterritorial, extraparlamentario y extraestatal. Es decir, ejercen un poder mundial que no respeta nada. Eso no puede no coincidir con Milei, para él está perfecto. Ahora bien, tenemos que darnos cuenta que ese proceso está muy avanzado, es una realidad que se instaló. 

En Corea del Sur, por ejemplo, ya tienen un programa aplicado de IA que recopila millones de millones de datos y puede identificar comportamientos de una persona y determinar si podría delinquir. Es una locura: no es que el individuo delinca, se determina que esa persona, por su actitud, mezclando todos los datos, puede llegar a delinquir. Lo mismo pasa en China, con las notas para cada persona y las cámaras por todos lados. En Francia, con la excusa de los Juegos Olímpicos pusieron drones con reconocimiento facial.

Se plantean dos cuestiones: la primera es que tenemos que darnos cuenta que ese control permanente no puede no modificar nuestras vidas. La segunda es que, esta realidad, hay que tenerla en cuenta para todo tipo de proyecto de resistencia; porque en cualquier ciudad del mundo identifican a cualquier persona desde que sale de su casa hasta que vuelve y conocen por donde pasó. Eso dificulta mucho las manifestaciones o actos relámpago.

En síntesis, no se trata de ser un tecnófobo sino de invertir la cosa, y en vez de ser colonizados por la tecnología, colonizar la tecnología, aprender a utilizarla a nuestro servicios: al servicio de los grupos de emancipación y  de la cultura. De todos modos reitero, desde el punto de vista de la delegación de funciones sociales y gubernamentales hacia la IA, la situación está muy avanzada.

¿De qué trata tu último libro Contraofensiva. Actuar y resistir en la complejidad?

Contraofensiva que es el último que sacó Prometeo. Es un grupo de gente de Italia, Brasil, Argentina, Uruguay, entre ellos Raúl Zibechi, Ariel Pennisi, y muchos más, que durante gran tiempo, empezando en la pandemia, hicimos un trabajo para saber cuáles son las vías de reconstrucción de líneas de emancipación teniendo en cuenta lo máximo posible de lo que está pasando. 

Cómo podemos instalar un pensamiento de la resistencia, la formación de una alternativa; partiendo de la base que una alternancia gubernamental no es una alternativa. Puede dar más aire, porque no es este gobernante sino otro, pero no lo es, lo que nosotros buscamos se funda de abajo para arriba, como una nueva forma de vivir, desear, y de no querer consumir. Son prácticas complejas de solidaridad.

Y el corazón, el centro de esto, es que la hipótesis durante dos siglos fue que había que tomar el poder central para poder cambiar el mundo, sea democráticamente o mediante la insurrección. Lo que nosotros vemos es que esa hipótesis fracasó totalmente y que lo que no fracasó fueron todos los movimientos que horizontalmente cambiaron al mundo y que después tuvieron repercusiones estatales. Los movimientos de mujeres, los de las minorías raciales y sexuales, a ellos me refiero.

Cuando la gente de mi generación, que estuvimos comprometidos siempre políticamente, miramos para atrás decimos 'todo fracaso'; pero no fue así. Es verdad que muchas revoluciones se volvieron lo contrario, fundamentalmente los movimientos que con la mejor voluntad apostaron a la hipótesis de tomar el poder para cambiar el mundo. 

En cambio, los movimientos múltiples, que no apostaron a eso y empezaron a cambiar al mundo y las bases, esos lograron hacerlo. Por ello, la conclusión es que resistir es crear nuevas formas de sociabilidad, de deseo y de lazos. No ignoramos al Estado, aunque solo sería como el termómetro y para curar la fiebre no necesitamos romperlo. 

Este libro es una análisis de esos modos de resistencia que hoy imaginamos, sin olvidarnos que, pese a todo, hay que mantener una relación de fuerzas, porque no solo hay que crear de manera local, hay que hacer eso y a la vez bancarse la relación de fuerzas, para evitar que la destrucción avance. Así que nuestro trabajo es un análisis que surgió de largos años, con gente de muchos países, todos muy comprometidos con la militancia, y que quisimos decir - amistosamente - ‘a nosotros nos parece que lo que hay que pensar está en este lado’. Y se llamó contraofensiva, porque es el deseo de reaccionar y decir ‘nos están aplastando demasiado’.

Miguel Benasayag presentará su último libro "Contraofensiva. Actuar y resistir en la complejidad" escrito con Bastien Cany y otros investigadores militantes de Argentina, Uruguay, Brasil e Italia, este sábado 26 en Editorial Prometeo (Pringles 521, Almagro, CABA), a las 18 horas.

Comentarios
Más de Información General