L-Gante en el banquillo: Las claves del juicio oral y las estrategias de defensa
Gonzalo Escaray analizó las particularidades del proceso, destacando la estrategia de la defensa y el pedido de una pena de hasta 12 años de prisión.

En esta edición de la Columna Judicial, el abogado penalista Gonzalo Escaray aborda uno de los temas más comentados en el ámbito legal y mediático: el juicio oral a Elian Valenzuela, más conocido como L-Gante. Desde el comienzo, Escaray se mostró desconcertado por la imagen pública del cantante: "Leyendo un poco el fin de semana me encontré con que se está besando con Wanda Nara en Luján, no le di relevancia, y el lunes me encontré con que comenzaba el juicio oral". Este contraste entre la atención mediática y la seriedad del juicio es solo una de las muchas complejidades que rodean el caso.
El proceso judicial que enfrenta L-Gante se ha unificado a partir de dos causas que corrían en paralelo. Según explicó Escaray, "al llegar a la instancia de juicio, se unen y tienen que ser juzgadas por el mismo tribunal o juzgado, y acusadas por el mismo fiscal". Los cargos incluyen delitos como "privación ilegal de la libertad, amenazas agravadas, encubrimiento y tenencia de estupefacientes". La acusación más grave se refiere a un incidente en el que L-Gante "presuntamente habría amenazado con un arma de fuego a dos empleados municipales" para liberar a unos amigos que estaban retenidos en un control.
Una de las observaciones más importantes del abogado penalista es el tiempo que L-Gante pasó detenido: "Estuvo detenido con prisión preventiva unos cuantos meses, quizás de manera excesiva por el carácter cautelar que tenía esa prisión". A lo largo del proceso, se realizaron múltiples pedidos de excarcelación, pero "uno tuvo lugar pero fue apelado por la querella". Finalmente, al llegar al juicio, se pidió nuevamente la detención de L-Gante, aunque esta vez no prosperó: "Acá vemos un claro ejemplo de que no hay riesgo procesal de fuga porque él se presentó en la primera fecha del juicio".
Un aspecto curioso que llamó la atención de Escaray fue la apariencia de L-Gante durante el juicio: "Veo como una proyección de imagen, como el haberse presentado vestido de traje y con anteojos de leer la primera fecha de juicio". Esta transformación en su estilo habitual, según el abogado, podría tener un impacto en cómo es percibido por la sociedad. Sin embargo, en términos judiciales, Escaray aclara: "No creo que cambie en algo para un juez técnico, al momento de resolver".
Otro elemento destacado es la reciente incorporación de su defensa. El abogado defensor, de apellido Locatelli, asumió la causa pocos días antes del juicio, lo que Escaray considera como "algo poco conveniente para el imputado y también para que el defensor pueda desarrollar bien su tarea". Además, destaca la colaboración del Doctor Escapolán, un exfiscal de San Isidro actualmente suspendido y envuelto en diversas acusaciones judiciales.
El juicio a L-Gante, que está previsto para durar entre cuatro y cinco días, enfrenta un panorama complejo, con una querella que pide una pena severa: "El particular damnificado advirtió que iba a pedir entre 8 y 12 años de prisión", lo que significaría una pena efectiva. Escaray finaliza su análisis señalando que, aunque el proceso es incierto, "si superaría los tres años con lo cual la pena sería efectiva en caso de ser así".