Según una encuesta, el 70% de los hogares a cargo de mujeres se endeudó debido a la crisis
La creciente precarización laboral y la falta de políticas públicas agravan esta situación, dejando a las madres solas en una lucha constante por sostener la economía doméstica.

El endeudamiento de las familias argentinas sigue en aumento, afectando a un 64% de los hogares, quienes enfrentan dificultades para saldar sus deudas en el corto plazo. Este problema se agrava en el caso de los hogares que están a cargode mujeres, donde la cifra asciende al 70%. Con precios liberados y salarios en caída, las mujeres que crían solas hacen lo que pueden para mantener la economía familiar, destinando su deuda a cubrir alimentos, urgencias médicas, alquileres atrasados y otras obligaciones financieras.
Según los primeros resultados de la Encuesta de Endeudamiento de Hogares Inquilinos por Género, las tarjetas de crédito son la principal fuente de endeudamiento, alcanzando un 38,7%. La situación se ve perjudicada por los altos intereses desregulados tras la implementación del DNU 70/2023. Además, el 30,2% de la deuda se destina a la compra de alimentos básicos, el 24,7% al pago de alquileres y el 23,5% a saldar otras deudas, destacando los hogares con jefatura femenina.
El informe elaborado por el colectivo Ni Una Menos señala que, desde 2018, se observó un impacto creciente del sobreendeudamiento en estos hogares, donde "hoy ya han alcanzado un límite en términos de la capacidad de asumir deudas". Esta situación llevó a muchas familias a privarse de bienes esenciales e incluso a saltarse comidas diarias. En el caso de los inquilinos, la imposibilidad de pagar alquileres forzó a muchas mujeres a mudarse a zonas más económicas, sacrificando calidad de vida y acceso a servicios básicos.
Caída brutal del poder adquisitivo
La caída del poder adquisitivo empujó a más personas a endeudarse para cubrir gastos esenciales como alimentos, ropa y servicios. Luci Cavallero, socióloga y miembro de Ni Una Menos, señala que "el endeudamiento crece a partir de la desregulación de los mercados y penaliza especialmente a quienes crían solas". Cavallero explica que desde 2018, el poder adquisitivo cayó significativamente, incluyendo no solo salarios, sino también subsidios y los ingresos de trabajadoras informales. "El endeudamiento se ha vuelto un recurso para una parte cada vez más amplia de la población, con especial énfasis en las mujeres", agrega.
Los datos más recientes de la Encuesta de Endeudamiento de Hogares Inquilinos por Género indican que el 64% de quienes alquilan se encuentran en deuda, un aumento notable desde el 53,1% en enero. Los hogares monomarentales son los más afectados, alcanzando el 70%. Cavallero resalta que "la situación actual nos muestra que, además de la triple jornada laboral que ya recae sobre las trabajadoras, se suma una especie de jornada extra destinada a la gestión de deudas".
¿A dónde se va el dinero?
En términos de destino de la deuda, el 38,7% de los hogares sostenidos por mujeres se endeudan para el pago de tarjetas de crédito. Además, el 38% destina su deuda a la compra de alimentos, y más del 20% se destina a pagar alquileres y otras obligaciones. "La mayoría se endeuda para pagar deudas del mes anterior, lo que las lleva, en muchos casos, a mudarse o regresar al hogar familiar", advierte Cavallero, señalando que esta dinámica de acumulación de deudas también genera una expulsión de las ciudades.
El panorama se complica aún más por las desigualdades estructurales que enfrentan las mujeres en el mercado laboral, que se agravaron en un contexto de recesión. Estas desigualdades alimentan ciclos viciosos de deuda para cubrir gastos básicos como cuidados, alquiler, salud y educación. En este contexto, el 51,6% de los hogares inquilinos endeudados tiene deudas con múltiples acreedores, combinando tarjetas de crédito, préstamos informales y familiares. Según Cavallero, "el endeudamiento familiar está directamente relacionado con la mega devaluación de diciembre que produjo un shock inflacionario del cual las familias no se recuperaron".
El impacto es más severo en hogares monomarentales, donde las desigualdades laborales y la falta de cumplimiento de la cuota alimentaria crean un ciclo de deuda insostenible. “La realidad de las trabajadoras de la economía popular se ve agravada por el congelamiento del programa Potenciar Trabajo y los aumentos de bienes y servicios”, concluye Cavallero. El informe también revela que el 55,4% de los endeudados ignoran las tasas de interés que pagan, un fenómeno más marcado entre quienes utilizan métodos informales de crédito.