El Gobierno cerró Trenes Argentinos Capital Humano y despidió a casi 1.400 empleados
La medida, que busca reducir el gasto público, abre la incógnita sobre qué pasara con el futuro de los trenes argentinos.
El Gobierno Nacional decidió disolver Trenes Argentinos Capital Humano (DECAHF), una empresa estatal encargada de la gestión de personal, que resultó en el despido de 1.388 empleados. Según fuentes oficiales, esta medida permitirá un ahorro anual de $42.000 millones.
DECAHF era una de las cinco empresas subsidiarias de Trenes Argentinos y sucesora de la Administradora de Recursos Humanos Ferroviarios. Su creación tenía como objetivo “diseñar, organizar, promover y realizar actividades de asistencia técnica, asesoría, capacitación, complementación, entrenamiento, especialización, formación y recalificación, así como gestión de recursos humanos y fortalecimiento organizacional en el ámbito ferroviario”. Entre sus unidades estaban el Archivo Histórico Documental Ferroviario, el Centro Nacional de Capacitación Ferroviaria y el Museo Nacional Ferroviario “Raúl Scalabrini Ortiz”.
El secretario de Transporte, Franco Mogetta, señaló en una conferencia de prensa que “se trataba de una empresa ferroviaria que no tenía funciones”. Además, agregó que la decisión representa una reducción de la planta estatal y que “el Estado no va a tener que pagar” por esos puestos de trabajo.
La disolución de DECAHF fue formalizada en el Boletín Oficial mediante la Resolución N° 35/2024, firmada por la Secretaria de Transporte, y busca “eficientizar el uso de los recursos con el objetivo de cumplir el equilibrio fiscal”.
Además, el gobierno decidió eliminar el Instituto Argentino del Transporte (IAT), creado en 2014, que, según las autoridades, “nunca funcionó ni emitió una decisión o acción”. Este Instituto tenía el objetivo de participar en la elaboración del Plan Estratégico del Transporte y asesorar al Ministerio en este ámbito, así como promover la investigación y la capacitación relacionada con el transporte.
Desde su creación, el IAT tenía la intención de desarrollar un Plan Estratégico de Transporte para los próximos 50 años, integrando a distintos sectores, incluidos sindicatos y organismos públicos. Sin embargo, el gobierno actual sostiene que el Instituto había perdido relevancia y que sus funciones se duplicaban con las de otras entidades.
Esta medida ha sido objeto de críticas, pues se teme que la falta de un organismo encargado de la planificación estratégica pueda agravar la crisis del transporte en Argentina, priorizando los intereses privados por encima del bienestar social.
El Decreto 870/2024 estipula que todos los recursos del I.A.T. se transferirán a la Secretaría de Transporte para evitar duplicaciones. No obstante, los críticos advierten que esta falta de visión a largo plazo puede deteriorar la calidad del transporte público y aumentar los costos para los usuarios. La pregunta que persiste es: ¿Quién asumirá la responsabilidad del futuro del transporte en Argentina?