Las tropillas entabladas de Areco: Una lucha por perdurar la cultura gaucha
En su 212° aniversario, Carmen de Areco busca declarse la capital provincial de las tropillas entabladas, en una búsqueda por resurgir los conocimientos rurales que evolucionaron con el pueblo y lo dotaron de su identidad regional.
"Castro, un tropillero de acá, murió no hace mucho tiempo atrás y donó sus pilchas y el cencerro que lo acompañó toda la vida, con todas sus tropillas, al Museo de Carmen de Areco. Lo donó por no tener a quién dejarle su legado; ni sus hijos ni nietos le dieron continuidad a ese conocimiento" contó el carmeño, Ariel Arellano, en medio de la celebración por el 212° aniversario del pueblo. "Lo de Castro sucede en cada distrito de la Provincia de Buenos Aires cuando un tropillero muere sin haber dejado la semilla de la cultura gaucha y, en ese ámbito, el conocimiento de la tropilla entablada" agregó.
El hecho relatado a CódigoBaires "encendió todas las alarmas" por la preservación de los saberes tradicionales que evolucionaron con los habitantes de Areco y calaron profundamente en su identidad. Hoy, la ciudad busca declararse capital provincial de las tropillas entabladas y seguir recorriendo el camino de esta cultura , transmitiendo a las nuevas generaciones los conocimientos prácticos de la labor rural.
"Entablar tropillas está en un serio riesgo de extinción" remarcó Arellano y destacó la lucha que encabeza el distrito contra la desaparición de este rasgo cultural. "Teniendo en cuenta que las primeras tropillas entabladas son de los pagos de Areco, desde la gestión de Iván Villagrán tomaron la decisión de seguir dos caminos paralelos que, simbólicamente, van hacia el mismo lugar" explicó.
"Hay un compromiso que surge desde Carmen de Areco hacia los 135 municipios que componen la provincia. Por un lado, con la declaración provincial de la capital de las tropillas entabladas y, por otro, con todo el contexto normativo y de salvaguardia, de contar a las nuevas generaciones qué es esto de las tropillas entabladas desde la práctica" destacó Arellano.
La progresiva extinción de esta costumbre no sólo sucede en la localidad del norte bonaerense, sino que, según el carmeño, es un fenómeno que se da en toda la región. "Por un cambio en la matriz productiva agropecuaria, cada vez se hace más difícil tener espacio para la cría de un caballo y los más jóvenes muchas veces no ven y no aprenden de los mayores por más que tengan la intención o las ganas. Es muy difícil que lo hagan si no crecen en ese ámbito natural, rodeados del conocimiento continuo" señaló.
La historia de las tropillas entabladas
"Entablar tropillas no tienen nada que ver con las jineteadas" aclaró Arellano y agregó que "muchas veces, se confunde con el tropillero y las tropillas reservadas para jinetear, pero estas son caballos para uso de trabajo de gaucho. Es un tema pastoril, de ganado mayor o de vacas, que es el laburo del gaucho".
"En los orígenes, se hacían tropillas entabladas porque no había alambrados y había una necesidad de tener a los animales agrupados para tenerlos a mano y poder trasladarse con ellos. En esa época, las yeguas que se usaban para ser madrinas tenían la característica de ser punteadoras, o sea, iban sueltas y por delante y los caballos amadrinados iban por detrás" contó.
Con el desarrollo del alambrado y los caminos rurales, la forma de andar con las herramientas rurales cambió y, con ella, la forma de entablar. "Surgió la necesidad de tener una yegua madrina que sea cabresteadora. Se dejaba el cabresto flojo y si uno tiraba se plantaba" explicó el carmeño.
"Los nuevos conocimientos se fueron incorporando conforme evolucionó. Fue un hecho cultural. Es algo de los humanos y va cambiando de acuerdo a las épocas" sostuvo. Este rasgo de la cultura gaucha logró conservarse "en el ámbito rural y permanecer a través de los tiempos. Hoy debe permanecer a través del Estado como lugar de salvaguardia el conocimiento de las tropillas entabladas" agregó.
