Una de las diputadas que visitó a Astiz reveló que tenían el aval de Bullrich
Rocío Bonacci, del grupo de diputados libertarios que fueron a la cárcel de Ezeiza, indicó que varios protocolos de seguridad fueron pasados por alto y sostuvo que la visita "tenía el OK" de la ministra, contradiciendo la versión de que el Ejecutivo no había sido informado.

A horas de que se viralice la foto que expone a los legisladores libertarios junto a genocidas condenados por delitos de lesa humanidad, Rocío Bonacci, una de las diputadas que participó del encuentro en el penal de Ezeiza, reveló que la visita habría contado con el aval de la ministra de Seguridad de la Nación.
"Parece que esto tenía el ok de Patricia Bullrich" manifestó la diputada y agregó que la reunión "la craneó Beltrán Benedit, supongo que con ayuda de Guillermo Montenegro". Asimismo, hizo referencia a las conversaciones mediante las que se especula que la ministra tenía conocimiento de que los funcionarios organizaban el episodio y que recientemente fueron trascendidos por una investigación periodística. "Parece ser así a raíz de unos chats que salieron ayer, todavía no lo charlé con el bloque", comentó.
En este sentido, Bonacci señaló que algunos de los protocolos de estricta seguridad para ingresar a la cárcel fueron eludidos. "Simplemente nos abrieron la puerta, ingresamos, conversamos, nos recibieron muy cordialmente y los diputados teníamos todos nuestros teléfonos" relató, agregando que "ingresé al pabellón consciente de que me iban a tantear los bolsillos, que me iban a pedir el teléfono y más datos y no pasó".
Las declaraciones de la legisladora ponen en cuestionamiento la versión oficial del encuentro que generó una amplia repercusión y repudio desde bloques políticos y organismos de Derechos Humanos, según la cual el Poder Ejecutivo desconocía la intención de los funcionarios de reunirse con los genocidas de la última dictadura militar y atribuía su comportamiento a una acción personal.
Asimismo, Bonacci acusó a Benedit de ocultar el verdadero motivo de la visita y que ésta apuntaba realmente a "comunicarse con los genocidas para armar una especie de proyecto". En la misma línea, trató de desligarse de la polémica afirmando que no participó activamente del intercambio. Según contó, para ella, "fueron horas desagradables. No me quedó otra que quedarme ahí, en un momento de la reunión pedí retirarme y me pidieron que esperara para salir todos juntos".
"Le comuniqué a Beltrán que no me iba a poner a defender este proyecto que tira a la basura 40 años de democracia" sostuvo y cuestionó a su bloque concluyendo que "la gente que nos votó no nos puso para que estemos pendientes de este tema, más habiendo sido elegidos democráticamente".