La Toretto y la prisión domiciliaria: ¿Un cuadro de depresión puede cambiar el curso del juicio?
Gonzalo Escaray, abogado penalista, desglosó los aspectos legales y las pericias que definirán la decisión del juez.
En una reciente edición de su Columna Judicial, el abogado penalista Gonzalo Escaray analizó el caso de Felicitas Alvite, apodada "La Toretto", quien enfrenta cargos graves tras un accidente fatal en La Plata. En la madrugada del 12 de abril, Alvite cruzó un semáforo en rojo y embistió a Rubén Walter Armand, un motociclista de 36 años, que perdió la vida en el acto.
Escaray comenzó señalando que “hoy es un día ideal para quedarse en casa y justamente esto es lo que está pretendiendo la defensa de Felicitas Alvite, más conocida como 'La Toretto', que es que vaya a cumplir la prisión preventiva a su domicilio". Según explicó, la solicitud de arresto domiciliario se basa en el hecho de que “está muy discutida la calificación legal” del delito imputado. “Si hablamos de un homicidio culposo, estaría más cerca de la libertad; en cambio, si se sigue como hasta el momento como un homicidio doloso, sería más difícil conseguir dicha libertad”, añadió.
A pesar de los argumentos presentados por la defensa, Escaray resaltó que “no entra en los parámetros y las razones que da el Código Procesal cuando se otorga la prisión domiciliaria”, ya que si bien Alvite no tiene antecedentes penales, tampoco cumple con los requisitos establecidos por la ley, tales como ser mayor de 70 años, estar embarazada, o padecer una enfermedad terminal.
En cuanto al procedimiento, el abogado explicó que al solicitar una prisión domiciliaria “se evalúan muchas cosas”, como el riesgo procesal y si la persona cumplirá con las pautas del arresto domiciliario. Escaray fue enfático al decir que “bajo ninguna condición es obligación para un juez otorgar este arresto domiciliario, sino que es en base a estos análisis” que se toma la decisión.
Sobre el estado de salud de Alvite, Escaray detalló que la defensa argumenta un “grave cuadro de salud mental que la estaría afectando, puntualmente un cuadro profundo de depresión”. Sin embargo, destacó que debe estar “debidamente justificado por qué es necesario el arresto domiciliario” y si Alvite recibirá un tratamiento distinto al que se le provee en la unidad penitenciaria.
Finalmente, Escaray mencionó que “las pericias apuntarán primero a ver si cumplirá la prisión domiciliaria y, por el otro, ver si es tan grave lo que tiene como para justificar el arresto domiciliario”. También señaló que los representantes de la familia de la víctima ya han expresado su oposición a la medida, lo que “condiciona al juez aunque tampoco es determinante para nada”. De aprobarse la prisión domiciliaria, Alvite sería controlada mediante una tobillera electrónica, y “no podría siquiera salir al cordón de la vereda”, concluyó el abogado.