La ausencia de signos de reactivación económica ya inquieta a los mercados
Los recientes indicadores de la industria y la construcción revelan un panorama desalentador, aumentando la presión sobre el equipo económico liderado por Luis "Toto" Caputo.
La peor semana financiera de la gestión de Javier Milei generó una preocupación adicional para el equipo económico liderado por Luis "Toto" Caputo. Ahora, además de demostrar cada mes que se mantiene el superávit fiscal y financiero, los mercados esperan ver señales claras de que se ha superado el pico de la recesión y que comienza una etapa de recuperación. Esta recuperación es crucial para aliviar las presiones sociales y, fundamentalmente, para generar demanda de dinero, lo que ayudaría a reducir la presión sobre los dólares financieros.
Esta demanda se suma a la hoja de ruta delineada por el mercado, que incluye un rápido acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y un cronograma definido para la apertura del cepo y la liberación del flujo de capitales. Sin embargo, los datos proporcionados por los organismos estadísticos oficiales, las consultoras privadas y las propias empresas muestran que no hay ninguna señal clara de reversión del ciclo económico. Después de un respiro en mayo, vuelven a aparecer índices negativos.
Los indicadores de actividad de la industria (IPI) y de la construcción (ISAC) del Indec fueron demoledores para la expectativa de mostrar un piso en la recesión y los primeros indicios de recuperación. La industria operó en mayo un 0,2% por debajo del mes anterior, y la serie desestacionalizada marcó el peor registro desde julio de 2020. La construcción presentó un desplome interanual del 32,6%, aunque encadenó su segunda mejora mensual consecutiva, al trepar un 6,2% en comparación con abril.
Este dato, sin embargo, quedó opacado por la encuesta que acompaña la difusión del indicador. "¿Cómo cree que evolucionará la actividad del sector construcción durante el período junio-agosto de 2024?", preguntó el Indec. Entre las empresas que realizan principalmente obras privadas, el 88,4% respondió que disminuirá o se mantendrá igual, y solo el 11,6% creyó que podría haber una mejora. Los números fueron peores entre las empresas que realizan principalmente obras públicas: el 92,3% opinó que no variará o disminuirá.